La portada de mañana
Acceder
Puigdemont estira la cuerda pero no rompe con Sánchez
El impacto del cambio de régimen en Siria respaldado por EEUU, Israel y Turquía
OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Cuenta atrás para las conversaciones entre israelíes y palestinos

WASHINGTON, 29 (Reuters/EP)

El tiempo será un factor esencial para muchos a lo largo de los próximos meses, durante las negociaciones para el proceso de paz en Oriente Próximo. Para el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el presidente palestino Mahmud Abbas y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el reloj inicia su cuenta atrás cuando comiencen en Washington las primeras negociaciones directas entre palestinos e israelíes desde 2008.

Al anunciar las negociaciones, la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, dijo que ella creía que los temas centrales, que incluyen las fronteras, los asentamientos judíos en Cisjordania y el destino de los refugiados palestinos, podrían resolverse dentro de un año.

Netanyahu intentará contener a los partidos israelíes, Abbas hará todo lo posible para que Hamás no frustre el proceso de paz, y Obama, por su parte, se enfrenta a elecciones legislativas el 2 de noviembre y una posible campaña de reelección el 2012, que podrían debilitar su capacidad de anfitrión de las conversaciones.

PRIMERA PRUEBA DE LAS NEGOCIACIONES

La primera prueba de las negociaciones tendrá lugar el 26 de septiembre, cuando termine la moratoria temporal y limitada de Israel a las nuevas construcciones en los asentamientos en Cisjordania. El fin del congelamiento de 10 meses, que excluyó a unas 3.000 unidades cuya construcción ya había comenzado en Cisjordania y a Jerusalén Este, está anotado en el calendario políticos de todos.

Abbas ha amenazado con retirarse de las negociaciones si se reanuda la actividad en los asentamientos, mientras que la coalición de Netanyahu depende del apoyo de los pequeños partidos en favor de los colonos, deseosos de seguir construyendo.

Daniel Levy del grupo de expertos New America Foundation desea un resultado intermedio entre los dos extremos: extender la actual moratoria, bajo la que se anularía la construcción en Cisjordania mientras se completan las 3.000 unidades, o darla por finalizada, lo que llevaría a Abbas a dejar las negociaciones. Levy y otros analistas sugiririeron que un resultado podría ser una variación de la actual moratoria, la que permitiría algunas construcciones adicionales en Cisjordania para calmar a los socios derechistas de Netanyahu.

EL RELOJ POLITICO PALESTINO

Tal acuerdo sería difícil de aceptar para Abbas, quien llega a las negociaciones con la postura política más débil. De alguna manera, el reloj político palestino se ha detenido.

La Organización por la Liberación de Palestina (OLP) decidió el año pasado extender indefinidamente el mandato de Abbas, que formalmente vencía el 25 de enero, debido a la división entre su movimiento Al Fatá y el partido islamista Hamás hacía imposible realizar elecciones. Hamás, que se opone a la existencia de Israel, ganó la mayoría en las elecciones parlamentarias del 2006 y se hizo con el control de la Franja de Gaza en el 2007, limitando la influencia de Fatah a Cisjordania.

La división entre Hamás y Al Fatá subraya la debilidad de Abbas y la enorme dificultad de alcanzar un acuerdo de paz con una sociedad palestina que está profundamente dividida y un primer ministro israelí que busca proteger constantemente a sus aliados de derecha. No está claro qué podría resultar de las negociaciones del jueves, si es que resulta algo, o si la reunión en sí es un mensaje.

Como mínimo, la Casa Blanca querrá una fecha para las próximas negociaciones directas, quizás en la región, antes de que el tema de los asentamientos surja en la semana del 20 de septiembre, cuando los líderes mundiales se reúnan en Nueva York para la Asamblea General anual de Naciones Unidas.

EL TIEMPO DE LA COALICION DE NETANYAHU

El plazo de un año fijado por Estados Unidos ha motivado rumores de que fue pensado para trasladar el tema más allá de las elecciones legislativas del 2 de noviembre, cuando los demócratas de Obama podrían perder el control de la Cámara de Representantes y sufrir grandes derrotas en el Senado, y para que concluyan mucho antes de que Obama enfrente la reelección en el 2012.

Daniel Kurtzer, un ex embajador de estadounidense en Israel y Egipto que ahora trabaja en la Universidad de Princeton, dijo que la inversión de tiempo y esfuerzo de Estados Unidos en la reanudación de las negociaciones “sugiere que esto no es un cálculo político, sino un cálculo estratégico mayor”. “El plazo de un año parece haber sido su decisión, lo que sugiere que él (Obama) está listo para que esto se vuelque en la campaña”, dijo el diplomático retirado.

Martin Indyk, vicepresidente de política exterior en el grupo de expertos Brookings Institution y ex asesor de alto rango de política en Oriente Próximo bajo la presidencia de Bill Clinton, dijo que de hecho “es el tiempo político de Netanyahu el que se agota aquí”.

Netanyahu, quien juró como primer ministro en marzo del 2009, no enfrentará una elección hasta el 2013. Pero bajo lo que Indyk llamó una “ley de hierro” de la política israelí, las coaliciones comienzan a pelearse un año antes de la elección, limitando el tiempo de Netanyahu para buscar y posiblemente conseguir un acuerdo de paz. “Creo que esa es una razón por la que 'Bibi' (Netanyahu) siente que si va a lograr un acuerdo, tiene que hacerlo en el segundo año, más o menos, de su mandato como primer ministro”, afirmó Indyk.