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Diputados del PSOE y del PP coinciden en apostar por el triunfo de Obama

El candidato demócrata a la Casa Blanca, Barack Obama, ganará las elecciones de Estados Unidos del próximo martes, un pronóstico en el que coinciden los diputados del PSOE y del PP y al que también se apuntan los grupos minoritarios.

La coincidencia generalizada en los pasillos del Congreso de los Diputados se fundamenta en las encuestas y en la sensación de que el mandato del todavía presidente, George Bush, ha desgastado la candidatura de su sucesor republicano, John McCain.

“Si estuviera en Estados Unidos, votaría a McCain, a pesar de que va a ganar Obama”, se sincera el diputado del PP y ex ministro de Defensa Federico Trillo.

Trillo no tiene dudas sobre el desenlace de la cita electoral más esperada de los últimos años: “Salvo acontecimiento imprevisible o de fuerza mayor, la victoria de Obama es irreversible”.

Lo atribuye por un lado a que Obama ha logrado una atracción mediática comparable a la que tuvo el asesinado John Fitzgerald Kennedy hace casi medio siglo y, por otro, a que McCain “no ha estado a la altura”.

Francisco Ricomá, portavoz adjunto de Exteriores del PP, es casi tan contundente: “Mcain, desde el primer día, ha ido a la defensiva. El ganador va a ser Obama. Lo contrario sería una gran sorpresa”.

Ricomá valora las cualidades de Obama, pero previene a los que le ven un “perfil muy socialista” de que pueden quedar “decepcionados” porque la doctrina demócrata no es comparable al socialismo español.

El número dos del PP en el Congreso, José Luis Ayllón, aconseja ser “prudentes hasta el final”, además de ser cauto sobre las dotes de Obama para dirigir la Casa Blanca, pese a su “brillante” campaña.

“Puede que haya buenos candidatos que no sean buenos presidentes. De Aznar se decía que no era buen candidato y acabó siendo el mejor presidente de España”, apunta.

“Lo importante -prosigue Ayllón- es que la relación con España mejore, lo que no depende tanto de quien esté en la Casa Blanca, sino de la actitud de quien esté en la Moncloa”.

En las filas socialistas, el secretario general del grupo, Ramón Jáuregui, presiente que la victoria demócrata será más holgada de lo esperado y abrirá una nueva etapa en términos históricos.

“Es el signo de los tiempos”, opina Jáuregui, quien cree que “todo converge” para que Obama lidere una “reflexión” sobre los valores de la izquierda en el actual momento de desconcierto.

Su compañero de grupo Fernando Moraleda piensa que el cambio que encarna Obama es “más profundo” porque “ha saltado la barrera del voto demócrata” para calar en otros sectores más conservadores.

“Obama me ha convencido desde el principio. Es un político que ha recuperado el don de la palabra como factor de cambio”, comenta el ex secretario de Estado de Comunicación.

Moraleda admite que hay un “exceso de optimismo” y que el voto republicano es más fiel, pero ve que el margen de los demócratas debería ser suficiente para devolverles a la Casa Blanca.

El también socialista Juan Barranco se une a afines a Obama, aunque ya ve un triunfo que gobierne cualquiera que no sea Bush, “un tipo que ha sido nefasto para su país y para la humanidad”.

El único obstáculo que para el ex alcalde de Madrid puede interponerse en su carrera hacia la Casa Blanca es cómo va a actuar el “racismo oculto” que hay en Estados Unidos, un punto en el que coincide el diputado de IU, Gaspar Llamazares.

Llamazares augura que la continuidad republicana conduciría a una “senda muy negativa”. “Obama representa todo el cambio que se puede hacer en Estados Unidos, que no es mucho”, reconoce.

Pese a que Obama tampoco es el candidato ideal para el BNG, su diputada Olaia Fernández subraya que la llegada al poder del primer ciudadano negro es “importantísimo para EEUU y la humanidad”.

Otro que apuesta por el senador por Chicago es Pedro María Azpiazu, del PNV. “Su modelo social me seduce. Es quien puede dar un cierto aire nuevo a los estadounidenses que no les viene mal”, añade.

El más devoto de la figura de Obama es el diputado de CiU Carles Campuzano. “Desde que leí su libro -'La audacia de la esperanza'- me he contagiado de su entusiasmo”, confiesa.

El diputado de CiU no esconde que Obama “quizá acabe defraudando a los europeos” cuando tenga que aplicar su programa, pero antepone la ilusión que desprenden líderes como él que están convencidos de que “el futuro puede ser mejor”.