LAGOS, 3 (Reuters/EP)
Cientos de personas se han manifestado este martes en la capital comercial de Nigeria, Lagos, y han emprendido acciones como el bloqueo de gasolineras y autopistas y el secuestro de autobuses para protestar por el encarecimiento del combustible provocado por la retirada de un subsidio sobre estos productos.
El organismo regulador anunció el domingo el fin de los subsidios sobre la gasolina, en el marco de una serie de reformas económicas que tienen como objetivo la mejora de la disciplina fiscal en el país africano. De la noche a la mañana, los precios por litro pasaron de las 65 nairas a 150 (70 centavos de dólar).
Más de mil personas se han concentrado en la principal zona comercial de Lagos al grito de “no a los aumentos del precio del combustible” y “queremos un sueldo digno”. Un grupo de manifestantes ha bloqueado con neumáticos en llamas una autopista. La Policía se ha desplegado en las áreas donde se han registrado manifestaciones, aunque éstas han transcurrido de forma pacífica.
Por otra parte, en la región del Delta del Níger, en el sureste del país, cientos de personas han interrumpido el tráfico en la carretera que comunica Warri con Port Harcourt. La concentración quedó dispersa tras la llegada a la zona de tres camiones con soldados.
Ganiat Fawehinmi, viuda de un abogado defensor de los Derechos Humanos, ha advertido de que “aumentarán los precios de todo”, incluido “transporte, vivienda, educación y alimentación”, por el alza del combustible. “El hombre de a pie no podrá sobrevivir. Diremos no y nos opondremos a las políticas del mal gobierno”, ha reprochado Fawehinmi, quien también ha abogado por plantar cara a los dictámenes del Fondo Monetario Internacional.
Los economistas han denunciado que la ayuda que mantenía el Gobierno hasta el pasado fin de semana beneficiaba a la clase media dejando de lado a los más pobres y alentaba la corrupción y el derroche. Además, millones de dólares del dinero público terminaron en manos de ricos importadores.
El ministro de Finanzas, Ngozi Okonjo-Iwealahas, calculó que la derogación del subsidio permitirá al Gobierno ahorrarse un billón de nairas (más de 4.700 millones de euros) sólo en 2012.
Los sindicatos han anunciado movilizaciones masivas para tratar de recuperar el nivel de vida perdido, en un país donde la mayoría de la población vive con menos de dos dólares al día.
El vicepresidente del Congreso Nacional del Trabajo, Issa Aremu, ha aclarado que mediante la “lucha” no solo reclaman la ayuda perdida, sino que también protestan contra “la mala gobernanza”. Aremu ha criticado ante los manifestantes que el presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, se manifestase a favor del “diálogo” y luego, “de repente”, siguiese adelante con la decisión de retirar el subsidio.