Estados Unidos desplegará temporalmente un contingente adicional de 1.400 marines en Afganistán en un esfuerzo por reforzar el frágil nivel de seguridad alcanzado en el país centro asiático, según anunció este jueves el Pentágono.
El despliegue ha sido ordenado por el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, y llega meses después de que el presidente, Barack Obama, anunciara el inicio de la retirada de las fuerzas norteamericanas a partir de julio de este año.
“Esto nos permitirá mantener nuestro empuje”, aseguró el secretario de Prensa del Departamento de Defensa, Geoff Morrell. Las tropas irán destinadas, en su mayoría, a la zona sur de Afganistán, en la que se desarrollan los combates más violentos con la insurgencia y los talibán.
La violencia se encuentra en la actualidad en su nivel más alto, con un récord de bajas en ambos bandos y con la insurgencia expandiéndose desde sus tradicionales feudos del sur y el este hacia las zonas más pacíficas en el norte y el oeste.
La revisión que realizó el pasado mes de diciembre el presidente Obama sobre la actuación de las fuerzas de Estados Unidos y de la OTAN en Afganistán destacó que se están realizando avances pero dejó claro que aún quedan serios desafíos para lograr la paz.
El estudio señaló que el empuje de los talibán ha sido contrarrestado en buena parte del país y que en algunas zonas incluso la insurgencia ha perdido terreno, al tiempo que confirmó que Estados Unidos comenzará en julio de este año la retirada progresiva de sus militares, unos 97.000 efectivos del total de 150.000 destacados en el país asiático.
En diciembre de 2009, Obama ordenó un aumento de 30.000 militares en Afganistán y autorizó un despliegue adicional de hasta 3.000 efectivos para cubrir las necesidades imprevistas. Fuentes militares han subrayado que el nuevo despliegue de marines se encuentra dentro del límite de 101.000 militares norteamericanos establecido para esta misión.
El portavoz del Pentágono, Geoff Morrell, aseguró que los jefes militares estadounidenses han estado ajustando continuamente la composición de sus fuerzas en Afganistán para cumplir los requerimientos del campo de batalla, replegando algunos contingentes y desplegando otros, según las necesidades.
Bajo la presión para mostrar resultados en la operación en la primera mitad de este año, el refuerzo temporal de militares ayudará a contrarrestar la denominada ofensiva de primavera que cada año inician los talibán e insurgentes con la llegada del buen tiempo, tras pasar el frio invierno refugiados en las zonas montañosas de Pakistán.
Cualquier refuerzo a largo plazo, sobre todo en fuerzas de combate, afrontaría la más que probable oposición de los parlamentarios del Partido Demócrata, que, en su mayoría, están deseando que el repliegue comience en julio.
“El despliegue es sólo temporal”, subrayó una autoridad del Departamento de Defensa estadounidense, antes de explicar que los marines que se dirigirán a Afganistán están en la actualidad desplegados en el Golfo Pérsico.
Por último, Morrell explicó que el nuevo contingente llegará al país centroasiático a mediados de este mes.
El pasado año fue el que registró el mayor número de bajas en las fuerzas internacionales destacadas en Afganistán, con un total de 711 militares extranjeros muertos, según datos de la página web de recuento de fallecidos www.iCasualties.com. El pasado mes de diciembre, se registraron 41 bajas militares foráneas, más que en los meses de marzo y abril, en los que las temperaturas son más altas.
Las fuerzas de Seguridad afganas han sufrido en mayor medida los ataques que las fuerzas militares internacionales. En total, perdieron la vida 1.292 policías y 821 militares afganos en 2010, según el Gobierno que preside Ahmid Karzai.
En el ámbito civil, de enero a octubre del pasado año perdieron la vida 2.412 personas y 3.803 resultaron heridas, un 20% más que el año anterior, según datos de Naciones Unidas.