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El Éjercito estadounidense entrega a Irak el control de la última prisión

BAGDAD, 15 (Reuters/EP)

El Ejército estadounidense entregó este jueves la última prisión de Irak sobre la que mantenía su control a las autoridades de este país, poniendo así fin al capítulo que, desde la invasión estadounidense de 2003, vio cómo miles de personas fueron detenidas sin cargos.

En una ceremonia celebrada en el hangar del centro de detención del Campamento Cropper, cercano al aeropuerto de Bagdad, los responsables militares estadounidenses dieron a sus homólogos iraquíes una llave simbólica de gran tamaño y afirmaron que confían en que no se produzca maltrato a los prisioneros bajo la supervisión iraquí.

Asimismo, reconocieron haber cometido errores en el pasado. “Para ser totalmente francos, hemos aprendido de las experiencias que hemos vivido aquí”, aseguró el portavoz del Ejército estadounidense en Irak, teniente general Stephen Lanza, antes de la ceremonia de entrega. “Hemos aprendido de nuestras experiencias en términos de operaciones de detención y de nuestra incapacidad para estar preparados para lo que nos encontramos”, añadió.

Casi 90.000 personas han sido capturadas por las fuerzas estadounidenses en los últimos siete años por ser presuntos insurgentes islamistas, suníes o chiíes. Aunque nunca fueron acusados, fueron retenidos durante meses o incluso años en prisiones como Cropper o el campamento Bucca, un complejo en el desierto cercano a Kuwait que fue cerrado el año pasado.

Las revelaciones en 2004 de que los carceleros estadounidenses habían abusado y humillado sexualmente a los reclusos de la prisión de Abu Ghraib indignó a los iraquíes y pudo haber contribuido a incrementar la insurgencia.

Varios periodistas, incluido un fotógrafo de Reuters, pasaron varios meses en un centro de detención militar estadounidense sin que se les dijera de qué eran sospechosos. El Ejército de Estados Unidos perdió el derecho a detener iraquíes en virtud de un acuerdo de seguridad bilateral firmado en 2008 que allana el camino para una retirada total de Estados Unidos a finales de 2011.

El Campamento Cropper seguirá abierto al menos durante otros dos años bajo control iraquí pero será renombrado Campamento Al Karj. La ministra para Derechos Humanos, Wijdan Michael, aseguró que confía en la capacidad de su Ministerio para observar el tratamiento de los prisioneros.

FIN DE UN SISTEMA

El traspaso del control significa el fin de un sistema de justicia militar en virtud del cual los soldados detenían a personas por motivos de seguridad más que por los delitos, prosiguió. “Ahora hay cierto Estado de Derecho”, declaró. “Esto es algo que es muy grande para nosotros, histórico para nosotros”, indicó.

Aún así, el Ejército estadounidense no abandonará totalmente el control del sistema de prisiones de Irak. A petición de las autoridades iraquíes, los alcaides estadounidenses seguirán custodiando a unos 200 de los 1.500 detenidos en Cropper, incluidos milicianos de la red terrorista Al Qaeda.

“Obviamente, hay miembros del antiguo régimen en esta población, Al Qaeda está en esta población, hay detenidos muy peligrosos que han sido identificados en esta población”, afirmó el subcomandante estadounidense de las operaciones para detenidos en Irak, teniente general Jerry Cannon.

Ni Cannon ni el ministro de Justicia iraquí, Dara Nur Addin, dieron un motivo que explicara por qué esos 200 presos van a seguir estando custodiados por las autoridades estadounidenses. “Los que estaban con las fuerzas estadounidenses puede que nos sean entregados (...), quizá sean entregados en cuestión de días”, indicó Addin. “La cuestión aún no está clara”, añadió.