PARÍS, 16 (Reuters/EP)
La prohibición de celebrar oraciones en las calles ha entrado en vigor este viernes. Miles de fieles musulmanes han rezado en un lugar de culto improvisado en una sede abandonada de la brigada de Bomberos en el norte de París.
El ministro del Interior, Claude Gueant, dirigió a los musulmanes residentes en la capital francesa a celebrar las oraciones de los viernes en espacios dispuestos de forma temporal a la espera de que finalice la construcción de un enorme espacio para el rezo. Sin embargo, advirtió de que la Policía está autorizada para hacer uso de la fuerza si fuera necesario en caso de que no se respete la prohibición.
En el enclave construido en el norte de París, el jeque Mohamed Salah Hamza, que ha dirigido esta jornada de oraciones, ha aseverado que “este es el principio de una solución” y que “los fieles están encantados de estar aquí, en un lugar con capacidad para 2.000, que se ha llenado”.
En este sentido, muchos musulmanes han coincido con el jeque al señalar que este sistema “será mejor”, aunque han reconocido que, al principio, “a la gente le impactó” la decisión de prohibir los rezos en las calles.
REPROCHES MUSULMANES
Sin embargo, pequeños grupos de radicales han protagonizado una manifestación contra esta normativa. Decenas de miembros de la agrupación Forsane Alizza ha sido zarandeado por las fuerzas de seguridad y han gritado “Dios es el más grande”.
Internet también ha recogido ecos de la indignación de muchos fieles musulmanes. Asimismo, un hombre ataviado con carteles y con cintas verdes en la cabeza ha instado una hora antes del inicio de las oraciones en la calle Myrha, donde antes se celebraban, a los musulmanes a no desplazarse a los nuevos enclaves para el rezo.
“Ningún sistema en el universo puede controlarnos de estar al lado de Alá”, ha clamado un joven. “Hay más dignidad al rezar en la hierba que en una falsa mezquita”, ha añadido otro.
A siete meses de que tengan lugar las elecciones presidenciales en Francia, la prohibición ha sido considerada por muchos sectores como un intento de acercamiento por parte del presidente, Nicolas Sarkozy, a los simpatizantes de la ultraderecha.
Precisamente, este segmento electoral parece haber experimentado un ligero impulso de la mano de Marine Le Pen, nueva líder del partido Frente Nacional. Los sondeos realizados durante los últimos meses señalan a la formación de ultraderecha como uno de los principales focos de fuga de votos de la gobernante Unión por un Movimiento Popular (UMP).
Le Pen llegó a describir las crecientes jornadas de oraciones celebradas en las calles y aceras del país como una “invasión”. Una mujer que se ha identificado como Asia ha acusado a “Marine Le Pen de ser la que inició todo esto” y de provocar que “ahora el Gobierno haya prohibido las oraciones” con pretensiones electoralistas.
Colectivos de inmigrantes han criticado esta medida, así como la prohibición de llevar burka, el velo integral islámico que cubre la totalidad del cuerpo de la mujer.