WASHINGTON, 29 (Reuters/EP)
El general David Petraeus, que ha sido elegido por el presidente estadounidense, Barack Obama, para que sustituya al general Stanley McChrystal al frente de las fuerzas estadounidenses y de la OTAN desplegadas en Afganistán, ha pronosticado que los enfrentamientos con la insurgencia en este país se intensificarán en los próximos meses.
En el discurso que ha preparado Petraeus para su sesión de confirmación en el Comité de Servicios Armados del Senado --que seguramente le dé su visto bueno para que ocupe el cargo de McChrystal, quien fue relevado la semana pasada por Obama por haberse mofado en una entrevista del propio presidente y de importantes asesores civiles--, el general intenta eliminar las expectativas de una rápida mejora de la situación en Afganistán.
Petraeus reconoció las limitaciones que existen a la hora de entrenar a las fuerzas de seguridad afganas y de establecer instituciones de gobierno sólidas cuando hay “una insurgencia con una fuerza industrial”.
“La sensación que tengo es que los duros enfrentamientos continuarán; es más, podrían intensificarse en los próximos meses”, advirtió. “Mientras eliminemos los refugios seguros del enemigo y reduzcamos la libertad de acción del enemigo, los insurgentes contraatacarán”, añadió. En su opinión, la situación de la seguridad es “débil” y los insurgentes talibán siguen siendo fuertes y confían en poder derrotar a Estados Unidos y sus aliados.
REGLAS DE COMBATE
Petraeus indicó también que va a revisar cómo se está llevando a cabo la guerra, incluidas las reglas de combate, de las que algunos dicen que hacen que las tropas estadounidenses corran riesgos innecesarios en un intento de proteger a los civiles afganos.
“Soy muy consciente de las preocupaciones de algunos de los soldados que están allí respecto a la aplicación de las reglas de combate y la directiva táctica. Deben saber que examinaré muy a fondo esta cuestión”, dice en el texto del discurso.
Sin embargo, el futuro máximo responsable de las fuerzas extranjeras en Afganistán dejó claro que apoya la estrategia de Obama, incluido el objetivo de comenzar a transferir el control de la seguridad a las fuerzas afganas e iniciar una retirada gradual en julio de 2011.
Petraeus subrayó que cualquier reducción del número de soldados desplegados se basará en la situación de la seguridad y sólo afectará a los 30.000 efectivos adicionales que Obama ha dicho que va a enviar a Afganistán como parte de su nueva estrategia, que se centra en llevar la seguridad a las zonas pobladas, también a Kandahar, donde surgieron los talibán.
El general admitió que la tarea de preparar a las fuerzas de seguridad afganas para que asuman el control de manos de la misión de Estados Unidos, 'Libertad Duradera', y de la misión de la OTAN, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), es “sumamente exigente”.
“Ayudar a entrenar y equipar a las fuerzas” afganas “en medio de una insurgencia es similar a fabricar un avión avanzado mientras está volando, mientras está siendo diseñado y mientras disparan contra él. Nada de esto es fácil”, explicó.