La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que el terremoto del martes en Haití dejó entre 50.000 y 100.000 muertos, aunque reconoció que es complicado ofrecer cifras exactas de víctimas mortales.
Los supervivientes del terremoto que el pasado martes devastó Haití han pasado su tercera noche al raso y se enfrentan a la falta de agua y de alimentos, según informó desde el terreno una periodista de la emisora local Radio Kiskeya.
Fuentes de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) han advertido de que alrededor de 300.000 personas se han quedado sin techo a causa de la destrucción del diez por ciento de Puerto Príncipe.
“Es imposible encontrar alimentos incluso con dinero, no hay nada que comprar”, declaró Liliane Pierre-Paul, que está publicando numerosas fotografías sobre la situación en la capital, Puerto Príncipe, en la edición digital de Radio Kiskeya.
Los bebés y los ancianos carecen de alimentos y de agua y los enfermos crónicos, como diabéticos o hipertensos, no tienen acceso a los medicamentos que necesitan, prosiguió Pierre-Paul, quien advirtió de que la llegada de la ayuda humanitaria internacional sin la debida coordinación local no beneficiará a las víctimas.
Las calles se han llenado de cadáveres en descomposición, los heridos no reciben los cuidados necesarios y numerosas personas permanecen atrapadas entre los escombros. Aparte, los generadores eléctricos empiezan a carecer de combustible, que es prácticamente imposible de encontrar.
Según estimaciones de la Federación Internacional de la Cruz Roja a partir de los testimonios de los servicios de rescate que actúan sobre el terreno y de los datos facilitados por el Gobierno haitiano, el terremoto ha podido causar la muerte de entre 40.000 y 50.000 personas.