DUBLÍN, 17 (EUROPA PRESS)
La reina Isabel II ha iniciado este martes su histórica visita de cuatro días a Irlanda rindiendo honores a los irlandeses caídos durante la guerra por la independencia de Reino Unido, en una jornada marcada por las fuertes medidas de seguridad.
La monarca y su marido, el Duque de Edimburgo, fueron recibidos con todos los honores en la base de Baldonell en el arranque de un día que incluyó encuentros con la presidenta de Irlanda, May McAleese, y el primer ministro, Enda Kenny. La presidenta ya había declarado que esta visita llega en “un extraordinario momento de la historia irlandesa” y representa “una señal de éxito del proceso de paz”.
El acto central del día ha llevado a la monarca a depositar una corona de flores en el Jardín del Recuerdo de Dublín, en un gesto que marca la reconciliación entre los dos países vecinos. No en vano, el último viaje de un rey británico a Irlanda data del año 1911, fecha de la visita de Jorge V.
Así, el simbolismo ha estado presente durante todo el día, desde el abrigo verde que lució la reina a su llegada a la capital irlandesa al 'God Save The Queen' (Dios Salve a la Reina) que precedió al acto en el Jardín del Recuerdo. Además, tras la ofrenda de la corona de flores, un minuto de silencio, la bandera irlandesa a media asta y el himno nacional recordaron a los caídos.
Ya por la tarde, la reina viajó al Trinity College para contemplar el Libro de Kells, un antiguo texto escrito en latín y que contiene los cuatro evangelios del Nuevo Testamento. Durante la cena, que se celebrará esta noche en el Castillo de Dublín, la reina tiene previsto pronunciar un discurso.
PROTESTAS
Unos 4.000 efectivos de seguridad se desplegaron este martes en Dublín para cubrir un histórico viaje que ha estado precedido por la amenaza de grupos disidentes del IRA y por las críticas de parte de la población.
Pese a que algunos sondeos han situado el respaldo de los irlandeses a la visita de Isabel II en torno al 80 por ciento, se han registrado algunos incidentes en Dublín, donde las fuerzas de seguridad han llegado a enfrentarse con los manifestantes. Además, gritos contrarios a la visita fueron audibles durante los actos celebrados en el Jardín del Recuerdo y algunas personas soltaron al aire globos negros en señal de repulsa.
La Policía ha realizado detenciones en el marco de estos disturbios, según la prensa local, que ha destacado entre los manifestantes de las protestas a miembros del Sinn Fein y el Movimiento por la Soberanía de los 32 condados.
Sin embargo, el incidente de seguridad más grave tuvo lugar a primera hora de la mañana, cuando el Ejército irlandés detonó de forma controlada una bomba de fabricación casera que había aparecido en el compartimento de equipajes de un autobús en la ciudad de Maynooth, a unos 25 kilómetros de Dublín. Una segunda amenaza de bomba en la capital registrada poco después resultó ser una “broma”.
La visita de Isabel II precederá a la que la semana que viene realizará a Irlanda el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, una doble oportunidad que Irlanda confía en aprovechar para ganar notoriedad a nivel internacional y eliminarse en parte el estigma de haber sido uno de los países rescatados dentro de la zona euro.
Irlanda ha invertido 26 millones de libras (unos 18,3 millones de euros) en seguridad, pero, según cálculos de la oficina de Turismo, la visita generará una publicidad valorada en 150 millones de euros.
Además, al viaje de Isabel II se incorporará mañana el primer ministro británico, David Cameron, mientras que el ministro de Asuntos Exteriores, William Hague, forma parte de la comitiva. Este último tiene cerrado un encuentro con 400 empresarios para este martes por la noche y con otros 400 para este miércoles por la mañana. Durante estas reuniones, se lanzará una nueva cámara de comercio bilateral.