La portada de mañana
Acceder
Puigdemont estira la cuerda pero no rompe con Sánchez
El impacto del cambio de régimen en Siria respaldado por EEUU, Israel y Turquía
OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Merkel admite que la derrota electoral ha sido “dolorosa”

BERLIN, 28 (Reuters/EP)

La canciller alemana, Angela Merkel, ha reconocido que su partido ha sufrido una derrota electoral “dolorosa” en las elecciones celebradas ayer en el 'land' de Baden-Wuerttemberg, que llevará un tiempo superar.

“Perdimos nuestra mayoría allí y eso es doloroso”, ha reconocido Merkel en rueda de prensa. Su partido, la Unión Cristiano Demócrata (CDU) gobernaba este estado del sur del país desde hace 58 años.

“Es una herida profunda en la historia de Baden-Wuerttemberg y también en l historia de la CDU. El dolor de esta pérdida no se irá en un solo día. Tendremos que trabajar durante muchos tiempo para superar el dolor de esta derrota”, ha admitido.

Pese a ello Merkel no tiene planes de remodelar su gabinete en respuesta al varapalo electoral, según ha señalado este lunes su portavoz, Steffen Seibert. “La canciller no tiene planes de ese tipo”, ha señalado Seibert al ser preguntado en este sentido en rueda de prensa.

Por su parte, la CDU ha cerrado filas en torno a la canciller, después de que algunos de sus miembros la responsabilizaran de la humillante derrota sufrida en Baden-Wuerttemberg, donde se espera que los Verdes y el Partido Social Demócrata (SPD) formen coalición de gobierno.

La derrota se ha producido después de que Merkel sorprendiera a muchos de sus aliados conservadores dando marcha atrás en su política en materia de energía nuclear tras el terremoto y posterior tsunami ocurrido en Japón y que ha dejado seriamente dañada una central nuclear.

“Los conservadores están unidos tras Angela Merkel”, ha señalado el secretario general de la CDU, Hermann Groehe, en declaraciones a la cadena pública ARD. “Necesitamos hacer frente a los retos inminentes juntos”, ha defendido.

Los signos de división en las filas del partido de Merkel fueron evidentes horas después de conocerse los resultados electorales, en particular por su decisión sobre las nucleares. También los miembros de la Unión Cristiano Social (CSU), facción hermana de la CDU en Baviera, han responsabilizado a la canciller del revés, criticando sus políticas europeas, fiscales y energéticas.

PROBLEMAS DEL SOCIO DE COALICIÓN

Merkel, que no tendrá que someterse a elecciones federales hasta 2013, se espera que capee el temporal, entre otras cosas porque no tiene a rivales importantes en su propio partido. Peor lo tiene su socio de coalición, el Partido Liberal Demócrata (FDP), que apenas ha obtenido representación en el parlamento de Baden-Wuerttemberg y que ha visto caer acusadamente su apoyo tras su buen resultado en las elecciones de 2009.

Un FDP débil es malo para Merkel, ya que su partido depende mucho de su socio de coalición para formar gobierno, tanto a nivel federal como estatal. La canciller “tiene que buscar nuevos modos de ganar elecciones sin el FDP y debe encontrarlos pronto, antes de las próximas elecciones federales”, advierte este lunes el 'Financial Times Deutschland' en un editorial.

El líder del FDP, Guido Westerwelle, ministro de Exteriores y vicecanciller en el Gobierno de Merkel, es considerado el responsable de la caída del partido y ahora podrían aumentar las peticiones de renuncia en su contra.

El secretario general del FDP, Christian Lindner, una fuerza emergente en el partido, ha señalado en una entrevista en la radio que el resultado electoral requiere “consecuencias” a nivel político y personal.

El ministro de Economía, Rainer Bruederle, miembro del FDP, también está bajo presión después de que se filtraran unos comentarios que presuntamente había hecho en una reunión a puerta cerrada con empresarios poco antes de las elecciones de ayer.

Bruederle habría dicho que el cambio de Merkel en su política nuclear no era “racional” y estaba motivado por cuestiones electorales. El ministro ha dicho que sus comentarios, que reforzaban la opinión compartida por muchos votantes de que Merkel había cambiado de postura por motivos políticos, fueron malinterpretados.