BUCAREST, 25 (Reuters/EP)
El antiguo rey Miguel de Rumanía ha pronunciado este martes su primer discurso ante el Parlamento de su país desde 1947, cuando fue derrocado por el régimen que impuso la Unión Soviética tras la Segunda Guerra Mundial. El presidente rumano, Traian Basescu, se ha negado a asistir al acto.
“No podemos tener futuro sin respetar el pasado”, manifestó Miguel, durante un discurso pronunciado con motivo de su nonagésimo cumpleaños. “La Corona Real no es un símbolo del pasado, sino una representación única de nuestra independencia, nuestra soberanía y nuestra unidad”, prosiguió el monarca.
Los parlamentarios de todo el espectro político dedicaron una fuerte ovación al antiguo monarca antes de su discurso. La intervención del rey había sido propuesta por el opositor partido Liberal y rechazada por el gubernamental partido Demócrata-Liberal (PDL).
El presidente rumano, Traian Basescu, un hombre próximo al PDL para quien el antiguo rey fue un “servidor de Rusia” que no debió renunciar al trono cuando lo hizo, no asistió al discurso, aunque sí lo hicieron muchos diputados del PDL.
“Se trata de un gesto de normalidad”, declaró el presidente de la Cámara Alta del Parlamento, Mircea Geoana. “La presencia de Su Majestad, 64 años después de su último discurso en el Parlamento, es una prueba de que la era comunista ha quedado cerrada”, añadió.
EL GOLPE DE ESTADO DE 1944
Nacido en 1921 en el castillo familiar de Peles, en los Cárpatos, Miguel desciende de la dinastía alemana de los Hohenzollern y es primo de la reina Isabel de Inglaterra.
Rumanía había luchado junto a la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, hasta que, en 1944, un golpe de Estado en el que estuvo directamente implicado el propio Miguel acabó con el régimen fascista del mariscal Ion Antonescu.
Tras el golpe de Estado, Rumanía cambió de bando y se entregó a los Aliados, lo que no impidió que la Unión Soviética, que se había hecho con el país, intentase de inmediato acabar con una monarquía que podía servir de catalizador para sus detractores.
Tras el derrocamiento y ejecución del dictador estalinista Nicolae Ceausescu, en 1989, Rumanía vetó los sucesivos intentos del monarca por regresar al país, después de décadas de exilio en Suiza, Reino Unido y Estados Unidos. Finalmente volvió en 1992, pero no pudo recuperar la nacionalidad rumana hasta 1997, cuando el reformista Emil Constantinescu sucedió al excomunista Ion Iliescu en la Presidencia de la República.
A principios de los años noventa, Miguel propuso en reiteradas ocasiones la restauración de la monarquía. Iliescu lo expulsó del país varias veces e incluso llegó a desplegar carros de combate para impedirle hacer una gira por Rumanía.
El antiguo monarca sigue teniendo numerosos apoyos en el país, como demuestran los miles de personas que le han falicitado por su cumpleaños a través de su página de Internet o que se han concentrado este martes ante el Parlamento, un enorme edificio de mármol construido por Ceausescu en pleno centro de Bucarest.