En el atentado más sangriento desde el asesinato de la ex primera ministra Benazir Bhutto, al menos 22 personas, la mayoría de ellas policías, murieron este jueves y unas 58 resultaron heridas en un ataque suicida perpetrado ante la sede del Tribunal Superior de Lahore, en el este de Pakistán.
El suicida, que conducía una motocicleta, hizo estallar la carga explosiva que portaba a las 11.43 hora local (06.43 GMT), cuando los agentes intentaron detenerlo, minutos antes de que se celebrara una protesta de abogados que se habían reunido en la sede de la corte.
Aunque el portavoz de Interior, Javed Iqbal Cheema, situó en cinco el número de agentes muertos, fuentes policiales y del hospital Mayo, el más cercano al lugar, aseguraron al canal privado “Dawn” que prácticamente todas las víctimas eran agentes.
Según una fuente del hospital citada por la agencia estatal APP, tres personas que viajaban en dos coches, un motociclista, dos triciclos motorizados y un carro arrastrado por un caballo saltaron por los aires por la explosión.
Por su lado, la Policía de Lahore aseguró que son 19 los agentes muertos en el ataque.
Las fuerzas de seguridad se habían desplegado en la zona para vigilar una de las frecuentes manifestaciones de abogados contrarios al régimen del presidente paquistaní, Pervez Musharraf.
El portavoz de Interior aseguró que el ataque “iba dirigido contra la Policía”, y explicó que el Gobierno ha puesto las cuatro provincias paquistaníes “en alerta roja”.
La zona ya ha sido acordonada y los heridos han sido trasladados a los hospitales más cercanos. “Les dije a los agentes que no podían dejar pasar a todo el mundo a esta zona, que era peligroso, pero no me hicieron caso”, dijo a “Dawn” un abogado de Lahore.
Musharraf condenó el ataque, el primero de gran magnitud desde la muerte de Bhutto, y ordenó una nueva “minuciosa” investigación para esclarecer el atentado.
Una fuente del Gobierno de la provincia de Punjab, cuya capital es Lahore, aseguró que la cabeza del suicida ya ha sido puesta bajo custodia policial para descubrir su identidad, según APP.
El primer ministro interino, Mohammedmian Soomro, condenó también el ataque y pidió a todos los hospitales de la zona que atiendan “lo mejor posible” a los heridos.
Las autoridades de Punjab ya han anunciado compensaciones para los familiares de las víctimas en el atentado.
El pasado día 7, dos civiles y ocho soldados resultaron heridos cuando un suicida hizo estallar la carga explosiva que llevaba ante una base militar en el volátil valle norteño de Swat, donde los ataques contra las fuerzas de seguridad son frecuentes.
Sin embargo, los atentados suicidas no acostumbran a perpetrarse en la populosa ciudad de Lahore, capital cultural de Pakistán, cerca de la frontera con la India.
El ataque llega un día antes del inicio del mes sagrado musulmán del Muharram, durante el cual el Gobierno ha decidido declarar “sensibles” o en riesgo de violencia a 36 localidades de las cuatro provincias del país y redoblar la vigilancia en ellas.
Tras el asesinato de Bhutto, la Comisión Electoral decidió posponer los comicios hasta después del Muharram y fijó el día 18 de febrero para la cita electoral.
El equipo de expertos antiterroristas de Scotland Yard continúa con la investigación de la muerte de la ex primera ministra y hoy se ha desplazado precisamente a Lahore para analizar la pistola supuestamente utilizada para acabar con la vida de Bhutto.