Murieron 200 personas en la 'batalla de Basora' de la semana pasada

La llamada “batalla de Basora” que la semana pasada libraron tropas gubernamentales con la milicia chií del “Ejército del Mahdi”, se ha saldado con 200 insurgentes muertos, según las cifras ofrecidas anoche por el ministerio del Interior.

El general Abdel Karim Jalaf, portavoz del ministerio, explicó que además de los 200 muertos, 700 rebeldes han quedado heridos y 300 más han sido detenidos en estos choques, los más graves en Basora desde que el ejército británico transfirió las tareas de seguridad en la provincia al gobierno iraquí el pasado verano.

El portavoz no hizo mención de víctimas dentro de las filas gubernamentales, aunque se teme que pueden contarse por decenas, dada la cantidad y tipo de armamento usado por los rebeldes.

“La operación de Basora continúa, pues estamos persiguiendo a los criminales y los bandidos”, dijo Jalaf, lo que parece contradecir las palabras del primer ministro, Nuri al Maliki, que ordenó cesar las redadas y ofreció perdonar a aquellos que se rindieran a las autoridades.

La ciudad de Basora, la segunda más poblada del país, fue durante una semana escenario de una verdadera batalla campal, que se extendió además, aunque con menor intensidad, a numerosas ciudades del sur chií del país y a la enorme barriada de Ciudad Sadr, feudo del Ejército del Mahdi.

Los enfrentamientos cesaron en su mayor parte cuando Muqtada al Sadr, al que obedece el Ejército del Madhi, ordenó cesar las actividades armadas, pero no pidió a sus hombres que se entregaran, por lo que los milicianos no han hecho sino ocultar sus armas por el momento.

Fuentes policiales iraquíes dijeron ayer que el ejército estadounidense ha desplegado a sus soldados y a numerosos vehículos blindados en Ciudad Sadr, lo que podría significar que se preparan para una nueva operación contra los milicianos.

En esta misma línea, Maliki prometió ayer en una rueda de prensa que el ejemplo de Basora se repetirá en otros barrios de Bagdad -citó Ciudad Sadr, Shula, chiíes, y Ameriya, suní-, y ello pese a que los observadores consideran que al final la batalla de Basora ha quedado en tablas.

Atentado en un funeral

Un terrorista suicida mató hoy en un cementerio a al menos diez personas que asistían al funeral de un policía muerto el jueves en otro ataque, dijeron a Efe fuentes policiales iraquíes.

El atentado tuvo lugar en el cementerio de Hamrín, en la localidad de Saadiya, a unos 3 kilómetros de Baquba, la capital de la convulsa provincia de Diyala, situada entre Bagdad y la frontera iraní.

Según los primeros informes, el terrorista llevaba un cinturón explosivo oculto entre sus ropas, y se hizo pasar por un familiar lejano del difunto.

Cuando se encontraba entre los hombres que presentaban sus condolencias a la familia, activó su carga explosiva, mató a diez de los asistentes y dejó a otros treinta heridos.

Cuatro policías muertos

Cuatro policías iraquíes murieron hoy en un atentado en una ciudad del sur de Bagdad, según fuentes policiales, mientras que las fuerzas estadounidenses informaron de que uno de sus soldados murió el jueves al explotar una bomba en la capital iraquí.

Los cuatro policías murieron hoy en Musayeb -70 kilómetros al sur de Bagdad- por una de las llamadas “bombas de carretera”, explosivos ocultos que son detonados al paso de las patrullas, según dijeron a Efe fuentes policiales. Un quinto agente quedó gravemente herido.

En cuanto al soldado, era miembro de las Fuerzas Aéreas estadounidenses y murió en circunstancias parecidas cuando realizaba una patrulla en el centro de Bagdad en el mediodía de ayer, informó un comunicado militar estadounidense.

Con la muerte de este soldado, son ya 4.012 los uniformados estadounidenses muertos desde que hace cinco años comenzó la invasión del país por tropas estadounidenses y británicas.