En el interior del templo permanece un “núcleo duro” de integristas que, según calculan las autoridades, mantienen como rehenes a entre 300 y 500 estudiantes islámicos, entre los que hay mujeres y niñas. Los muros que rodean la mezquita y las dos escuelas coránicas adyacentes, una masculina y otra femenina, fueron derribadas por las fuerzas de seguridad con explosiones controladas durante el fin de semana, lo que hizo crecer la tensión ante la posibilidad de un asalto militar.
Sin embargo, Musharraf pidió este lunes a los encargados de seguridad que tengan en cuenta la santidad del lugar y limiten sus operaciones para evitar la pérdida de vidas humanas, según el canal paquistaní Geo TV. También insistió en que se debe convencer a través del diálogo a los extremistas para que dejen las armas, al tiempo que, de acuerdo con los altos cargos del Gobierno, declaró la alerta de seguridad en todo el país.
Más de medio centenar de 'yihadistas'
En el interior del recinto de la mezquita permanecen cientos de mujeres y niños estudiantes de las escuelas coránicas y que, según el Gobierno, son rehenes de un grupo de 50 a 80 radicales armados.
Fuentes de los servicios de Inteligencia han indicado que en esta brigada de integristas participan militantes extranjeros, entre ellos uzbecos, chechenos y árabes, además de docenas de yihadistas locales vinculados a la red Al Qaeda. Las mismas fuentes, que trabajan junto a las fuerzas de seguridad en la llamada operación Silencio en torno a la mezquita, sostienen que los militantes están bien entrenados en tácticas de combate.
También apuntan que los integristas están bajo mando de dos comandantes de la yihad, Abu Zar y Abu Mansoor, que han participado anteriormente en movimientos extremistas en Afganistán y Cachemira. Afirman, además, que el recinto de la Lal Masjid (Mezquita Roja) era utilizado como escondite y arsenal por algunos militantes, que disponían de armas ligeras, cientos de granadas de mano, artefactos explosivos y algunos lanzacohetes.
La semana pasada se entregaron numerosos estudiantes, mientras que unos 40 radicales fueron capturados cuando intentaban escapar, entre ellos el líder de la mezquita, el clérigo Abdul Aziz Ghazi, descubierto cuando trataba de salir del recinto oculto bajo un burka. La Inteligencia ha indicado que muchos de los radicales detenidos estaban vinculados a grupos terroristas islámicos como Harkatul Jihad Al-Islami o Lashkar-e-Toiba, aunque se cree que la mayoría de los militantes que aún permanecen dentro son miembros de Jaish-e-Mohammed (JEM), que combate principalmente en Cachemira.
El actual jefe de JEM, Mufti Abdur Rauf, se ha adelantado a las autoridades y ha marcado distancias con aquellos supuestos miembros del grupo en el interior de la Lal Masjid al asegurar que son “disidentes”. La Mezquita Roja de Islamabad era desde hace tiempo conocida por sus llamamientos a la yihad y los actos extremistas de sus responsables, pero hasta ahora el presidente Musharraf había evitado usar la fuerza para no abrir un nuevo frente de crisis en el país.