WASHINGTON, 10 (Reuters/EP)
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha anunciado que intentará lograr “el mayor acuerdo posible” con los republicanos durante las negociaciones que se mantienen en el Congreso para elevar el tope de endeudamiento público y evitar así la suspensión de pagos que podría producirse el próximo 2 de agosto si no hay acuerdo.
Obama y el líder republicano John Boehner mantendrán un encuentro este domingo con otros representantes y senadores en la Casa Blanca a las 18.00 horas (00.00 horas del lunes, hora peninsular española) para intentar revivir un principio de acuerdo del que se han retractado los republicanos y que preveía un recorte del déficit público de 4.000 millones de dólares (unos 2.800 millones de euros) y un aumento de los impuestos.
Boehner está muy presionado por los propios republicanos, que rechazan cualquier reforma fiscal que implique una subida de los impuestos como la que proponen los demócratas para incrementar la recaudación y ayudar así a reducir el déficit.
El secretario del Tesoro del Gobierno de Obama, Timothy Geithner, ha asegurado que es “un grave momento para el país” y ha advertido de que la inacción podría provocar un “daño catastrófico” a la economía del país. “Va a requerir que ambos bandos se comprometan. El presidente acercará nuevamente a ambos bandos esta noche en la Casa Blanca para intentar dilucidar cómo avanzar”, ha afirmado Geithner en declaraciones a la NBC.
Mientras, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, William Daley, afirmaba en la CBS que no tiene duda de que se evitará la suspensión de pagos. “Confío en ello”, declaró.
Sin embargo, Boehner, que reconoce “los esfuerzos de buena fe” para buscar un acuerdo, denuncia que “la Casa Blanca no buscará un mayor acuerdo de reducción de deuda sin aumento de impuestos”. “Creo que la mejor postura sería concentrarse en lograr una medida de menor alcance”, dijo el dirigente republicano.
Los asesores de Obama y de Boehner negocian un amplio paquete presupuestario que incluye recortes y nuevos ingresos que permitirían elevar el techo de endeudamiento estatal, fijado ahora en los 14.300 millones de dólares. Además, implicaría la reducción progresiva del déficit público en los próximos diez años.