El primogénito de Abdalahi recuerda cómo fueron los días previos al golpe de Estado y pide a la clase política e intelectual mauritana que reflexione sobre la dirección política que ha tomado el país.
“Durante la semana anterior al golpe, los generales visitaban mucho el palacio presidencial. Y todos los mauritanos saben que había diferencias entre los generales, que querían más cancha en la vida política, y mi padre, que quería evitarlo”. Con estas palabras se expresa este lunes en las páginas del periódico marroquí Le Soir el hijo del presidente mauritano Abdalahi, detenido el miércoles de la semana pasada junto a su primer ministro por jefes del Ejército que han constituido un Consejo de Estado para gobernar la República Islámica hasta que se celebren nuevas elecciones.
“Mi padre primero se resistió, pero luego aceptó porque amenazaron con utilizar la fuerza”, cuenta el hijo del presidente sobre la detención de Sidi Mohamed Uld Cheij Abdalahi una hora después de que éste leyese el comunicado donde se recogía la destitución de los mandos del Estado Mayor del Ejército, de la Guardia Presidencial y de la Gendarmería y Guardia Nacional.
“La Guardia Presidencial ?explica el primogénito del presidente- es el cuerpo armado más fuerte de Mauritania y el encargado de velar por la seguridad del líder del país. Su general, Mohamed Uld Abdelaziz, ha optado por la vía de la traición”, lamentó el joven. Precisamente fue un destacamento de la Guardia Presidencial el que detuvo el pasado miércoles a Abdalahi.
Este lunes el presidente se encuentra todavía detenido en el Palacio de Congresos y la única comunicación que ha mantenido con su familia ha sido a través de una misiva en la que pide algunos efectos personales. Con él, también están retenidos el ex primer ministro Yahya Uld Ahmed al Uaguef, el ex ministro de Interior Mohamed Uld Rzeizim, el ex presidente del Consejo Económico y Social Ahmed Uld Sidi Baba y el ex director general de la Agencia Nacional de Acogida de los Refugiados Mussa Fadl.
El hijo del presidente pide la liberación de su padre y asegura desconocer en qué condiciones está detenido. Solicita también de la clase política e intelectual mauritana que reflexionen sobre la dirección política que ha tomado el país. “En 2005, ese mismo general, Abdelaziz, prometió democracia y todos quisieron creerle. Ahora ha derrocado al primer presidente democráticamente electo del país, y nadie podrá fiarse ya de él”, dice respecto de las intenciones anunciadas por Abdelaziz de convocar elecciones lo antes posible.