Este domingo toca bajada en Alajeró. La virgen del Paso, tras la eucaristía, volverá a la parroquia del Salvador acompañada por chácaras y tambores en la que es una de las fiestas más populares y concurridas de La Gomera. Todo ello a partir de las 11:00 en uno de los enclaves más pintorescos del municipio sureño como es la pequeña ermita donde se venera a esta talla de origen más bien incierto.
Y digo origen incierto porque, como tantas otras, nace también envuelta en leyenda. Algunos dicen que las fiestas se remontan al pago de una promesa por parte de unos emigrantes a Cuba. El Obispado recordaba en una nota una historia que bien podría valer para otras tantas imágenes gomeras:
“Fue un ciudadano del municipio de Agulo que tenía unas propiedades en Seima y que sufría una enfermedad que le hacía caer en un sopor y quedar profundamente dormido, incluso sobre el lomo de su caballo. En una de estas ocasiones, la bestia al no ser guiada por su amo se dejó llevar por su instinto animal y en vez de ir hacia Seima se dirigió hacia el Sur de la Isla por el antiguo camino real de Alajeró. Al llegar al Boquete del Paso, el animal iba a caer por el profundo precipicio allí existente y, en ese momento, el ciudadano se despertó y le dio tiempo de detener su caballo. Cayó de rodillas y pronunció las siguientes palabras guardadas todavía de la tradición oral: ”Madre mía, de buena me has librado“. En agradecimiento de haber evitado morir despeñado en aquel lugar, ofreció hacer con sus propias manos, ya que era carpintero, una pequeña imagen de la 'Madre de Dios', de unos cuarenta centímetros de altura, que aún se conserva guardada celosamente por la familia Bernal de Alajeró, para colocarla en aquel lugar. Abrió un nicho en la roca para en él instalar la imagen, y a partir de ahí la pequeña figura comenzó a ser objeto de fervor popular”.
Sea como fuere, esta pequeña talla de profundo sabor popular hunde sus raíces estilísticas en los modelos que durante la segunda mitad del siglo XVIII triunfaron en La Gomera, modelos que pervivieron hasta bien entrado la siguiente centuria.