Jesús Simancas Megolla, Sito (San Sebastián, 1933) es mucho más que la voz de La Gomera a través de las ondas de Radio Tagoror. Es una enciclopedia que recuerda con asombrosa claridad la historia de Playa de Santiago, sus idas y venidas y el devenir de este pueblo nacido al abrigo del mar entre la pesca y la agricultura. Hace unas semanas tuve el placer de acompañarle durante una entrevista para un programa de televisión sobre las fábricas conserveras de La Gomera. Aprovechando la ocasión, me interesé por la de Santa Rosalía, tan presente en la memoria de la comarca de Playa de Santiago y una de las más importantes industrias de la isla. A modo de relato, pongo en su personas todo aquello que me contó. Estos son sus recuerdos de aquella fábrica que en su momento de máximo esplendor, llegó a dar trabajo a más de 300 personas.
Santa Rosalía en el recuerdo
Llegué de San Sebastián a Playa de Santiago con 8 años y recuerdo ver unas vagonetas que salían de las puertas de la fábrica de conservas Santa Rosalía hacia la mar donde, precisamente, llegaban los barcos cargados de pescado para su elaboración.
Santa Rosalía se construyó en 1931 y desapareció en los años 80. Fue fundamental para Playa de Santiago junto a la agricultura, donde estaba don Daniel Fernández, Álvaro Rodríguez López, la Comunidad de Bienes de Tecina... pero la fábrica de conservas era exclusivamente de los hermanos Rodríguez López.
Playa de Santiago era una pequeña Venezuela donde convivían toda clase de personas que venían a buscar trabajo, a buscarse la vida. Llegaban barcos que recorrían todos los puertos y embarcaderos de la isla cargados de fruta, pero también estaba aquí la conservera.
Las mujeres e hijas de los pescadores que procuraban el pescado para la fábrica trabajaban en la elaboración de las conservas. Era como una especie de cadena donde estaban pescadores por un lado, los familiares por otro... Así que había una vida en este pueblo de Playa de Santiago muy animada y, desde luego, eso se notaba en la economía del lugar. Pero también hubo pobreza, claro que sí. ¡Estamos hablando de los tiempos de la Guerra Civil y la posguerra! Fue dura, sí, solamente teníamos pescado... pero gracias a la conservera, a los plátanos y al tomate aquí pudimos salir para adelante.
A la fábrica venían a trabajar muchísimas personas de la Isla, sobre todo las mujeres, que eran quienes pelaban y empaquetaban el pescado. Ya en los años 50 comenzaron los envases. Llegaron a trabajar hasta 300 personas solamente en las empresas de Rodríguez López. Dio mucho trabajo, mucha vida a esta zona. Desde El Revolcadero (primer aeródromo de a Gomera) hasta Tecina esto era floreciente: plantaciones de tomates, plátanos y la fábrica de conservas. Quien soy, se lo debo a Rodríguez López, y las personas que prosperaron gracias a la conservera, también.