El doctor José Darias Jerez (San Sebastián, 1946) no es un gomero cualquiera. Sí lo tiene el haber partido, como tantos otros brillantes paisanos, de la Isla hacia Tenerife para sus estudios universitarios y, de ahí, a diferentes puntos del mundo a proseguir su labor investigadora. En el caso que nos ocupa, en el campo de la química marina.
En 1985 fue invitado por primera vez por el Instituto Nacional Antártico Chileno (INACH) para participar en una expedición científica en la Antártida. Desde entonces, han sido 18 las veces que este intrépido investigador gomero se ha sumergido en las aguas heladas del remoto Continente para proseguir sus estudios sobre la química de productos naturales marinos.
Dicen que nadie es profeta en su tierra. Quizá tengan razón. Desconocía su existencia y su labor investigadora y el hecho –desde luego, encomiable—de haber sido el primer gomero en la Antártida (primero y único). Gracias a un brillante artículo de Andrés de Souza publicado este domingo en el suplemento de El Día, conocemos un poco mejor a este hijo de San Sebastián bautizado en las gélidas aguas del fin del mundo.
Tras estudiar primaria y secundaria en La Gomera, parte hacia Tenerife, donde ese especializa en Ciencias Químicas en la Universidad de La Laguna. Tras obtener la máxima calificación con su Tesis Doctoral –pionera entonces—sobre el alga parda Taonia atomaria es becado en la prestigiosa Universidad de Harvard, en Estados Unidos, incorporándose más tarde como científico titular del CSIC.
Desde aquel momento, ha participado en más de 30 expediciones científicas en aguas de medio mundo, dando a conocer centenares de nuevos productos que se encuentran en la naturaleza marina y descubriendo además sus propiedades farmacológicas. El pasado 5 de mayo fue reconocido como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Magallanes (Chile), amén de pertenecer a la American Chemical Society o a la Asociación de Químicos de Harvard.
Para él, la Antártida “es un reservorio de recursos inimaginable, y todo eso está inexplorado, siendo el mar el que ofrece recursos no sólo para sustancias de interés farmacológico, sino también otras utilidades y biofunciones, que pueden resultar en aplicaciones útiles para la sociedad, y por eso estamos llamados a hacer investigación en este lugar”, según expuso durante su investidura en la universidad chilena.
Un gomero pionero poco conocido entre sus paisanos que Andrés de Souza ha vuelto a poner en el camino. Como bien reconoce el autor, nadie es profeta en su tierra. Esperemos que este intrépido explorador y científico gomero sea de nuevo profeta en la isla que lo vio nacer.