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La nueva cantera prevista en Lanzarote: extraer áridos de una zona protegida y un estudio ambiental ''sin rigor científico''

Imagen de archivo de extracción de áridos en El Jable. Foto de Jesús Portela (Desert Watch)

Natalia G. Vargas

Teguise —
24 de febrero de 2025 14:16 h

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Un gran corredor de arena atraviesa Lanzarote de norte a sur. Desde el aire puede verse este manto marrón de 21 kilómetros de largo cubriendo toda la isla. Aun así, no todos conocen la historia de El Jable, un ecosistema formado por fragmentos marinos que el viento arrastra desde la orilla del mar hasta el interior. Allí se cultivan productos tradicionales como la batata. También habitan en él especies únicas en Canarias. Algunas de ellas en peligro de extinción, como la hubara. Ahora, un nuevo proyecto para abrir una cantera de extracción de áridos en mitad de El Jable, en un enclave con protección europea, ha hecho saltar las alarmas en la isla.

La empresa Hermanos Ramírez Barreto S.L. ha pedido permiso al Gobierno de Canarias para la explotación de jable en la cantera Arenera Hoya de La Plata, en dos parcelas con una superficie total de 14.440 metros cuadrados en el municipio de Teguise. El propósito es obtener material de construcción para su empleo “en obras públicas y privadas” de Lanzarote, utilizando para ello retroexcavadoras y palas cargadoras. La compañía pretende extraer 5.000 metros cúbicos anuales durante 15 años, según los documentos publicados en la web de la Dirección General de Industria. 

Las claves de la extracción, así como su estudio de impacto ambiental, están ahora en fase de exposición pública. Tal y como se desprende de la documentación presentada por la empresa, la cantera está dentro de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) Islotes del norte de Lanzarote y Famara, incluida en la Red Natura 2000 de la Unión Europea. Entre las especies que pueden encontrarse en este enclave están la pardela cenicienta, el alcaraván común, el guirre, el corredor sahariano o la hubara canaria. Algunas de ellas están amenazadas y en peligro de extinción. Aun así, el informe ambiental presentado defiende el proyecto y justifica que “las aves [...] podrán desplazarse hacia áreas colindantes donde disponen de amplios espacios con condiciones similares a las existentes en el ámbito afectado por la actividad extractiva”. 

Falta de “rigor científico” 

Ecologistas en Acción ha presentado alegaciones al proyecto. En ellas, subraya que el estudio de impacto ambiental carece de “rigor técnico y científico” y contiene “afirmaciones sesgadas” y “valoraciones pobres”. El colectivo expone que el informe contiene graves irregularidades, obvia especies relevantes presentes en la zona, omite el impacto que los movimientos de tierra tendrán en ellas y no recoge las características patrimoniales y paisajísticas “únicas” de este entorno. 

El estudio presentado por la promotora concluye que la superficie donde se plantea el proyecto no acoge ''áreas de importancia en lo que respecta a hábitats, biodiversidad o especies relevantes''. El texto pone como excepciones al guirre y a la hubara canaria, pero justifica que no se han observado ejemplares de estas especies durante los trabajos para elaborar la evaluación, sin especificar los detalles de estas actuaciones desarrolladas sobre el terreno. En esta línea, insisten en que “en ningún caso puede tipificarse dicha superficie como lugar de especial interés” en lo que respecta a la abundancia y diversidad de especies.

Los ecologistas aseveran que esta conclusión es “altamente cuestionable”, ya que el enclave no solo está dentro de una ZEPA, sino que además cuenta con 15 aves de interés comunitario que se suman a otras especies endémicas de la isla. Es el caso del corredor sahariano, una especie vulnerable y sensible a la alteración de su hábitat, según el Catálogo Canario de Especies Protegidas. El estudio presentado por la empresa asegura que el hábitat de esta especie “no coincide con la zona de estudio” al estar el corredor sahariano presente en zonas de desierto, semidesierto, llanos pedregosos o playas arenosas. ''Describe irónicamente El Jable'', critica Ecologistas en Acción.

En cuanto al alcaraván, el estudio de impacto ambiental dice que sus hábitats son terrenos abiertos y la actividad de esta ave se desarrolla durante “el crepúsculo y la noche”. El texto valora que, como la extracción de áridos se hará de día, ''es lógico pensar que no se produzca interacción'' con el animal. Sin embargo, los ecologistas rebaten que el hecho de que los hábitos del alcaraván sean nocturnos “no quiere decir que durante el día desaparezca de la zona”. “La actividad afectará al período de descanso o menor actividad de la especie”, apuntan las alegaciones consultadas por esta redacción. 

La hubara canaria 

El Jable de Lanzarote, que también está catalogado como Lugar de Interés Geológico, es el hábitat de la hubara canaria, una especie en peligro de extinción. El estudio de impacto ambiental adjuntado por la empresa señala que durante el verano esta especie ''se alejará de la zona sur de la ZEPA, siendo fechas idóneas para la actividad''.

Ecologistas en Acción advierte que los movimientos migratorios que realiza esta especie son ''de carácter parcial''. En esta línea, indican que aunque más de un tercio de los machos y hembras se desplazan desde sus territorios de cría hacia áreas no reproductivas después de la temporada de apareamiento, “el resto de la población mantiene un comportamiento sedentario”. Por ello, aseguran que la actividad minera afectaría de igual forma a estos individuos. 

Un plano incluido en el estudio de la promotora indica que el área de extracción estaría fuera de la zona de interés para la hubara, pero según los ambientalistas se trata de un área de distribución potencial de la especie por las características ambientales de El Jable. Allí desarrollan sus ciclos vitales: alimentación, nidificación y cortejo. 

La hubara canaria es la única población “no cazada y genéticamente no contaminada” más importante de toda la especie en todo el mundo. En concreto, El Jable es el lugar más importante del Archipiélago y del planeta para la hubara canaria, al ser una especie propia de las islas. Por ello, los ecologistas reiteran que el estudio carece de apoyo científico, ya que si el análisis se hubiera realizado “adecuadamente”, las características “únicas” de la hubara en El Jable serían “un argumento más que suficiente para impedir cualquier alteración del medio en el que habita”, incluyendo cualquier extracción minera. 

La directora general de Energía del Gobierno de Canarias, Ana Zurita, se posicionó a favor de proyectos de este tipo en Lanzarote. La responsable del Ejecutivo regional asegura que son “necesarios” en las islas por ser territorios aislados. “Queremos infraestructuras, construir viviendas… Las canteras son una materia prima absolutamente necesaria y para eso hay unos protocolos establecidos importantes”, dijo la directora general en una entrevista con José Luis Martín en el programa A buenas horas. Zurita defendió que en la actualidad el proyecto sigue “las vías de la legalidad”. “Se ha presentado la actualización de la cantera correspondiente y tiene que estar sometido a evaluación ambiental”, añadió. 

Los ecologistas han solicitado al área de Industria del Gobierno regional que emita una declaración de impacto ambiental negativa, ya que los efectos de la cantera serán significativos sobre la fauna, la flora, la biodiversidad, la geología, el paisaje y el patrimonio cultural. En la isla aún pueden verse los restos de otras extracciones abandonadas que no se han restaurado. En este sentido, el colectivo pide también que se suspendan todas las concesiones mineras en la zona hasta que se restauren todas las extracciones abandonadas y así evitar un “efecto acumulativo”.

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