El avance del rabo de gato, una de las plantas invasoras más extendidas en La Palma, es prácticamente imparable. Pese a la costosas actuaciones que, desde hace años, se vienen realizando para erradicar esta gramínea exótica (Pennisetum setaseum), originaria del continente africano e introducida en la Isla como planta ornamental en los años 70 del pasado siglo, sigue ganando posiciones, sobre todo, en enclaves sumamente sensibles del ecosistema insular. En concreto, recientemente, en la parte media de Rico Liso, en el interior de La Caldera de Taburiente, a unos 1.500 metros de altitud, en un lugar de difícil acceso, han sido localizadas 18 plantas de rabo de gato, “11 de ellas adultas que ya habían diseminado”, ha indicado a La Palma Ahora el director-conservador del Parque Nacional, Ángel Palomares.
Palomares comenta que “el Pennisetum se consideraba una planta de cotas bajas”. Sin embargo, precisa, “la parte alta de Los Agujeritos (picos como dientes de sierra) que sirven de referencia, está a 1.500 meros de altitud”. Subraya que “es el lugar a mayor cota que por ahora se ha localizado esta planta. Cada vez se ven más arriba”.
La plantas que se encontraron en el citado enclave “se arrancaron” y “se recogieron las espigas que quedaban”. Añade que “ahora queda revisar periódicamente los lugares donde se han detectado antes de que aparezcan nuevos adultos y retirar lo que salga durante varios años”.
Explica que “todavía son puntos aislados, aunque a veces muy alejados entre sí dentro del Parque. Pero claro”, apunta, “con la enorme población del Pennisetum que hay en el barranco de Las Angustias, las nuevas citas son constantes y, cada vez más, en zonas acantiladas”. Los lugares citados están “degradados” por los arruis y ello facilita la propagación del rabo de gato.