Bruno Brandt: arte y bohemia

Santiago Jorge

Santa Cruz de La Palma —

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El perfil de un bohemio suele ser el de un artista de aspecto despreocupado, apariencia llamativa, ajeno a los códigos sociales, soñador, romántico, idealista, sin estatus social definido; con una sensibilidad muy especial, interesado más por la creación, la cultura y el arte que lo material y siempre metido en su mundo particular.

No seré yo, quien juzgue la vida de los bohemios, ni antiguos, ni contemporáneos, pero sí me permito hacer una reflexión y sinceramente pienso que son ellos los que viven, disfrutan y también sufren la Bohemia. La existencia la amoldan a las necesidades de sus emociones; se suelen relacionar con la miseria, con la escasez y hasta con la mendicidad. La realidad les supera y a veces sucumben en ella.

La vida y obra de Bruno Brandt (1893 Alemania-1962 La Palma) no se entiende sin esta percepción de la bohemia; cumplía el perfil a la perfección; su carácter cuestionable, sus carencias, su obra enérgica; todo encaja en una pieza que toma forma en un artista genial enamorado de nuestra tierra.

Tras los comentarios de su hermano Gerti, en 1923 sobre la belleza de las Islas Canarias, Bruno Brandt se traslada a Gran Canaria y posteriormente a  La Palma. Quedó tan impactado de lo que observó que no tuvo duda en regresar a Alemania para vender algunas obras y luego hacer una visita completa a todo el archipiélago incluyendo los islotes.

La isla de La Palma fue su paraíso elegido, la naturaleza de la isla le embriagaba y le sacaba todo su potencial como artista, sus cartones estaban llenos de trazos expresionistas, colorido, fuerza y rebeldía. Su mancha era amplia, segura, directa, valiente en la técnica  y añadía cera, aceite o cualquier elemento que le aportara el efecto deseado. Se relacionó con grandes pintores canarios de la época (F. Bonnín, Antonio González Suárez, M. Baudet, etc…), los cuales no fueron capaces de conseguir la fuerza y expresividad de este artista temperamental, de carácter serio y vida caótica.

P.D.: “Vivir con intensidad siempre tiene un precio”

En La Palma dio rienda suelta a su técnica expresionista

Nació en Alemania en 1893. Conoció la existencia de Canarias por su hermano Gerti y en menos de un año ya estaba en las islas. Viaja por las siete islas incluyendo los islotes y se enamora de la belleza de sus paisajes. Se afinca en La Palma donde dará rienda suelta a su técnica expresionista y fuerza en los colores. Hace amistad con pintores afamados canarios del momento con los que comparte inquietudes, pasión por la pintura y por la naturaleza.

Bruno Brandt expuso en Tenerife, Gran Canaria, La Palma, Madrid y otras capitales, así como en Alemania y Dinamarca.

Su obra es muy cotizada, hoy en día se encuentra en entidades oficiales, colecciones privadas, museos, etc. En 1962 realiza su última exposición en el Círculo de Amistad XII de Enero de Santa Cruz de Tenerife.

El 1 de julio de ese mismo año fallece en su domicilio de Breña Baja.

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