EL CHESTER DE SANDRA LORENZO

Mercedes Afonso: la cartografía del alma

Mercedes Afonso.

Sandra Lorenzo

El Paso —

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El Chester cumple una primavera, sus primeros 365 días, pongamos una alfombra roja, y una banda sonora a elegir. Yo he elegido a Hanna y la canción Como en un mar eterno, parte de la banda sonora de una película de Bigas Luna, donde el maestro descubrió a mi admirada Verónica Echegui, y con esta melodía recibo a Mercedes Afonso, a pesar de las fases, la pandemia, el estado de alarma, mi bolígrafo no tiene que llevar mascarilla, ni gel hidroalcohólico, El Chester presenta a La mujer habitada, título que le tomo prestado a Gioconda Belli.

Hace algunos años mi curiosidad felina hizo que me percatara de un cartel de cine, El amor se mueve, en una pequeña cuartilla adjunta ponía de la directora palmera Mercedes Afonso. No pude quedarme a verla, ahora que lo pienso simplemente prisas sin justificación en estos días donde damos paso hacia una nueva normalidad, donde impera la incertidumbre y vamos a ser francos, también el miedo, quizá aprendamos a vivir más de la improvisación, a salirnos fuera del guion, eso sí apelando desde aquí, a una desescalada responsable para que podamos poner The End con la mayor brevedad posible a esta película donde no elegimos figurar.

El cine al menos a título personal ha sido un protagonista absoluto, un bálsamo en estos días donde el mundo se paró, no entiendo la vida sin él, esa ventana que nos cuenta historias, me imagino que siempre he sido como la niña de Poltergeist pegada a la pantalla a pesar de la poca nitidez de la imagen, que lleva deseando haber escrito el guion de Princesas de Fernando León de Aranoa, desde que descubrió a Caye hablando con Zulema en una cafetería con Manu Chao de fondo. Y Mercedes Afonso es un claro referente para soñadoras como yo…

Un día paseaba por la Avenida de Santa Cruz de La Palma cuando vi de nuevo aquella película en un cartel, concretamente en el número 19, ponía de venta aquí y ese día comenzó a habitar en mis estantes de lo que parece un Diógenes de coleccionista , del que me siento muy orgullosa, esa película dentro del típico plástico donde se conservan los cómics, por miedo a que el tiempo borre a su antojo aquella dedicatoria donde Mercedes plasmó su humanidad y sencillez, el día en que me convertí en una de sus alumnas, en un taller en 2016. Un taller que me regaló mi madre por mi cumpleaños.

Allí estaba yo, como una esponja aprendiendo de la maestra, uno de los recuerdos cinéfilos más maravillosos que poseo, ahora que estoy escribiendo sobre ella, me imagino un storyboard, la veo arropando a su familia, creando historias, proyectando su mapa del mundo, mientras de vez en cuando se asoma al Llano de Las Brujas. Mercedes es la cartografía del alma y sólo puedo sentir gratitud de que hoy siente una mujer tan especial a mi lado, porque a pesar de la distancia mi chester te abraza.

“De pequeña mi madre me contaba la historia de los ángeles, algunos de los ángeles de la tierra tardaban tiempo en descubrir quiénes eran, el miedo hace que no veamos las cosas con claridad” (El amor se mueve) y que así sea por siempre, querida Mercedes.

-Pregunta casi obligatoria en mis últimos Chester: ¿Qué tal llevas la situación actual, el confinamiento, el transcurrir de las fases? ¿le toca también al cine reinventarse? Chester:

-Lo he llevado bastante bien, la verdad, más cansada quizás, pero desde luego es normal. Yo creo que a todos los seres humanos nos toca reinventarnos, teníamos que haberlo hecho hace tiempo, y con ello, todas nuestras actividades y ocupaciones incluido el cine. Hemos vivido como sociedad una situación totalmente excepcional, dura, difícil, dolorosa, y como siempre debemos hacer de estas vivencias, es centrarnos en lo que podemos sacar en positivo, lo que podemos aprender y lo que nos puede ayudar a hacer las cosas mejor, en definitiva, a crecer como personas, pero también como sociedad.

-¿Cuándo nace en Mercedes Afonso el séptimo arte?

-Desde muy niña, la primera vez que vi una película en pantalla grande, en el antiguo cine de mi pueblo, El Paso. Recuerdo el impacto en mí y esa mezcla de asombro y magia. Desde ese momento quería ver películas y películas. También leer, claro, fui una gran lectora de pequeña, devoraba historias. De esta manera llegó el momento, con 15 años, en que empecé con el gran sueño de ser yo, la que dirigiera esas películas que tanto me gustaban, creando historias para hacer sentir a otros lo que yo sentía con ellas.

-Además de directora, eres guionista y productora. ¿Cómo se gestó Lunática Producciones?

-Sí, me apasiona escribir, es cuando empiezas a levantar el universo que luego quieres convertir en imágenes. Y me gusta escribir y dirigir mis propias historias, tener la oportunidad de crear esos mundos desde cero, es maravilloso.

Con respecto a Lunática, surgió hace mucho tiempo ya, aunque se constituyó como sociedad en el 2004. Nuestro primer proyecto fue en el 2001, con el cortometraje La Tierra desde la Luna. La inicié con el apoyo de mi hermano, fundamental siempre en mi camino. Mi sueño era hacer cine, pero hacerlo con cariño, con amor por lo que hacemos y cómo lo hacemos. Marcando ese carácter desde la producción, y de ahí la importancia de crear mi propia productora. De esta manera con Lunática he hecho todas mis obras, con este sello y con muchos colaboradores y amigos que me han acompañado a lo largo de bastantes años ya.

-¿Cómo recuerdas tu paso por Septima Ars en Madrid?

-Mi sueño, durante muchos años de universidad, era poder estudiar cine en una Escuela de Cine. Llegar a Madrid, la gran ciudad, y aprender el oficio era algo que esperé y deseé durante mucho tiempo. Fue un tiempo muy enriquecedor para mí, aprendí mucho, aunque no era la escuela de cine que yo tenía en la cabeza. En ese tiempo yo ya llevaba conmigo una licenciatura en Geografía e Historia, en la especialidad de Historia del Arte, y muchos años de actividades en el Aula de Cine de la ULL, fundamentales, en los que aprendí de arte y de cultura cinematográfica. Por este motivo, considero que puede integrar mucho mejor lo aprendido en la escuela, que se basaba, en general, y en aquella época, más los aspectos técnicos.

-Cofundadora de La Escuela Encantada de El Paso, allí están tus raíces, me imagino que en ese espacio mágico nació tu sueño de contar historias…La Escuela Encantada

-Bueno, La escuela encantada se creó en 2008, por esa época, yo ya llevaba unas cuantas historias, pero fue otro sueño, poder enseñar y contagiar mi pasión y mi profesión a otros. La escuela surgió junto al escultor Fran Concepción de la ilusión por crear un espacio artístico y creativo vivo. Fue un reto muy importante y también muy complicado por la época que nos tocó vivir en ese momento. Tuvo una andadura de cinco años, muy intensos. Los veranos de cine, cuántas cosas vividas y compartidas por tanta gente que pasó por allí, cuando amistades creadas. Mucho cariño y esfuerzo puesto en ello, la verdad.

-El Paso te rindió homenaje en el décimo aniversario de El amor se mueve. Debe ser muy especial que tu pueblo abrazara tu trabajo… El amor se mueve

-Sí, fue precioso y lo agradezco profundamente al Ayuntamiento de El Paso, a Alberto de Paz, impulsor de la iniciativa, y a María José Manso, coordinadora de La Palma Film Commission, que apoyó y participó en el evento, realizándome esa entrevista que fue un viaje por mi vida, por mis películas. Me siento muy agradecida y agradezco también a todas las demás personas que acudieron, apoyaron, y participaron en el evento. Fue muy bonito compartirlo con mis hijos, mi familia y amigos cercanos y queridos, en mi casa. También me ayudó a hacer una revisión personal de todo lo que he hecho, y coger impulso para seguir en el camino que he elegido.

-En tu filmografía hay títulos como La tierra desde la luna (2001), El amor se mueve (2008), Madres bajo la piel (2012), La vida en las manos (2012), Autobiografía (2014), Iyena (2015) me ayudas a completarla…La tierra desde la lunaEl amor se mueveMadres bajo la pielLa vida en las manosAutobiografíaIyena

-Siempre (1997), mi primer cortometraje en la escuela de cine. Ada en una isla encantada (2004), Esperanza (2011), Tanat (2019) …

-¿Te parece bien si hablamos también de tu cine documental?

-En él estoy centrada ahora precisamente con El mapa para tocarte. Hace años, empecé a adentrarme en el documental de creación, precisamente el tipo de género documental que quiero hacer, o como también se denomina cine de la no ficción. Más alejado de lo que hice con Madres bajo la piel, un documental social, fundamentado en entrevistas. Este género lo he trabajado con varios proyectos en el CREADOC, un laboratorio de documental de creación del Gobierno de Canarias, aprendiendo mucho de mi experiencia en este laboratorio. Cada vez me gusta más contar de esta manera, y mi objetivo también es trasladar esta forma de contar a la ficción. Retratar la vida, esa es el gran reto. Mi pieza Autobiografía es un ejemplo en este sentido. Muy contenta siempre he estado con esta pequeña película.

- En el proceso de escribir un guion, de reescribirlo, ¿eres de anotaciones fugaces en cuadernos, música de fondo, paseos hacia el interior…?

-Soy de anotaciones y paseos hacia el interior. Tengo una colección de pequeñas libretas, en las que anoto frases, ideas, cosas que se me pasan fugazmente por la cabeza. Y también soy de pensar y pensar mucho. Normalmente, mientras hago todas las cosas que cualquier madre hace, pienso, pienso y pienso, para cuando consigo un pequeño hueco anotar. Tengo tantas ganas de poder escribir con cierta tranquilidad. Me apasiona el proceso de escritura, es cuando comenzamos a construir el mundo de nuestras historias, ponemos las bases, que deben ser sólidas y rotundas, y eso necesita muchas horas y horas de trabajo en la mente, en el papel, en el ordenador.

-Tutora de IslABentura. ¿Qué nos puedes contar de la experiencia?

-Un laboratorio como éste es un proyecto extraordinario para los participantes y para La Palma. Tutoricé dos guiones, el de Miki Blanco y el de Mar Franco, que finalmente fue la ganadora. Fue una experiencia tremendamente satisfactoria, poder guiarles y acompañarles durante todo el proceso de construcción de sus historias hasta una primera, o segunda versión de guion, como fue el caso de Miki. Este laboratorio es un tesoro para La Palma, y seremos más conscientes de ello en unos años, cuando haya un banco de guiones escritos para ser llevados a cabo sólo en esta isla.

-La Mercedes docente ¿cómo transmite ese amor al cine? ¿la receta perfecta está en la práctica?

-Bueno, al final mi trabajo se centra esencialmente en transmitir, crear para transmitir. Con las clases es igual, intento siempre crear días únicos, aunque obviamente sigo unos contenidos que previamente he marcado, pero juego, improviso con los asistentes, quizás ese es el secreto. No me gusta la monotonía, y en la enseñanza considero que hay para transmitir con el corazón, hay que hablar desde él y crear cada día algo diferente. Creo que se aprende con la pasión, con la ilusión.

-Próximos proyectos, hasta donde puedas contar…

-El mapa para tocarte, ese el proyecto en el que llevo un año y medio trabajando, en el proceso de desarrollo. No es sólo un proyecto profesional sino personal, familiar, porque une ambos mundos, con lo complejo y difícil que resulta. Es una película dura, intensa, íntima, cargada de verdad, de mi verdad. Está siendo un gran reto contar la historia de mi hijo, Airam, diagnosticado con Síndrome de Asperger, que desde los ocho años (ahora tiene 15) sufre una extraña enfermedad Síndrome de P.A.N.D.A.S. que le provoca un TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) extremo, de limpieza y contaminación. Resulta muy curioso ahora, puesto que en casa las mascarillas y los guantes son habituales desde hace ya unos cuantos años. Sé que todas estas siglas pueden sonar muy contundentes, y lo son no cabe duda, y la vida con ellas resulta compleja y complicada, pero nuestra película habla más que nada de todo lo que hemos aprendido a lo largo del camino y seguimos aprendiendo, por supuesto.

Es una historia familiar, de amor, con momentos muy duros, eso sí, pero con mucha luz. Y por estas paradojas extrañas de la vida, ahora más que nunca, a todas las personas les será más fácil entender a Airam, porque el miedo a ser contagiados por un virus está en la calle y en nuestro día a día.

-Este espacio está reservado para nuestros invitados, para lo que nos quieran transmitir, ahora te toca a ti, querida Mercedes, escribir el tercer acto o la resolución…

-Pues mira… después de lo que acabo de contar de este proyecto, me gustaría hacer una reflexión personal, uniéndola a tu primera pregunta. En todos estos procesos vitales tan fuertes que hemos vivido, mi opción, que es la opción que cada uno quiere tomar ante lo que le depara la vida, ha sido elegir la aptitud con la voy a abordar lo que me sucede. Uno puede tener una aptitud de rechazo, de enfado con la vida, con los demás, etc. Que puede ser normal lógicamente. Pero, por el contrario, también podemos elegir una actitud de aceptación, con lo que ello conlleva, por supuesto, y abrir nuestra mente y nuestro corazón para aprender lo que la vida nos quiere enseñar. “Si me está pasando esto, qué puedo aprender de ello”, me digo siempre a mí misma… y esta reflexión es la que he transmitido a mis hijos, mi hija aún es pequeña para entenderlo del todo. Pero mi hijo, la ha hecho suya también. Creo que en este momento más que nunca, con todo lo vivido este año a nivel global, esta manera de abordar la situación es muy útil y constructiva, que podemos aprender de forma individual de todo lo que estamos viviendo, porque si queremos cambiar el mundo, hacerlo un mundo más justo, más humano, y más respetuoso, estamos en el mejor momento, empezando por el principio, cambiar y mejorarnos a nosotros mismos.

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