Me dicen que el Cabildo de La Palma saca pecho tras alcanzar las más altas cotas de la transparencia. Ya sé que a buena parte de la ciudadanía le resulta más fácil criticar la falta de transparencia que entrar en las webs informativas a ver ingresos, gastos, inversiones, amortizaciones, pues todos sabemos que es más divertida la crítica que las matemáticas. Bueno, digamos que al Cabildo sólo le falta un vídeo marcador como el del Bernabéu, y no lo diré muy alto, pues pantallas y paneles, carteles y señalizaciones ya están por todas partes, en plan Smart island, es decir isla inteligente, y no sé si es tan inteligente como parece informar de todo hasta la saciedad, hasta eliminar cualquier descubrimiento que uno pueda hacer por cuenta propia. Una vez, allá por los sesenta, agarramos un par de amigos para Garafía y llegamos a un pueblo encantador. Le preguntamos a un señor que pueblo era y nos dijo que Gallegos, yo en plan chachi dije yo también soy gallego, y él con sorna dijo sí pero no gallego de Gallegos, y yo dije gallego de Galicia, a lo que el paisano en retranca natural dijo pues aquí somos gallegos de Barlovento. En fin, este tipo de diálogos, que parecen sacados de una obra de Becket, ya no son posibles hoy en día, con lo cual la comunicación pierde arte y misterio como las misas en español, ay, la sonoridad esotérica y arcaica de aquellas misas en latín y aquellos paternóster. En fin, majaderías de viejo que no se adapta al maravilloso mundo digital que todo el mundo predica, pero en el que pocos parecen felices. Confieso, sin embargo, que espero con cierta impaciencia el vídeo marcador del Cabildo donde al fin estaremos informados hasta de en dónde evacúa la pardela.