Verónica Ojeda y Manuel Cubero, los ‘médicos’ del patrimonio documental de La Palma

Luis González Morera/ Efe

17 de enero de 2024 19:00 h

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Igual que el ser humano acude a la consulta médica cuando se deteriora su salud, los documentos gráficos en papel también necesitan de diagnóstico y tratamiento para los achaques de la edad, o del paso del tiempo, y ese lugar es el Centro de Conservación y Restauración de Documentos Gráficos de La Palma.

Verónica Ojeda y Manuel Cubero son los “médicos del papel” en la isla, velando por la salud y la conservación del patrimonio gráfico insular con más de 300 proyectos restaurados, algunos de ellos formados por cientos y cientos de páginas, un trabajo que ha sido galardonado recientemente con la Medalla de Oro de Bellas Artes del Ministerio de Cultura.

Puesto en funcionamiento en 2001, el Centro de Conservación y Restauración de Documentos Gráficos de La Palma, adscrito a la Consejería de Patrimonio del Cabildo insular, trabaja con todo tipo de documentos desde el siglo XVI, y en su libro de registro constan desde protocolos notariales, hasta acuarelas, entre sus 326 entradas de conjuntos documentales.

“Cuando nos llega un documento hay que realizar un diagnóstico en el que se analizan las causas de alteración y se emite un tratamiento diferenciado”, comenta Cubero, indicando un formulario con una larga lista de posibles afecciones; rotura, rozadura, quemadura, manchas de distintos tamaños o afección por insectos xilófagos son algunas de ellas.

“Todo este proceso cambia mucho en función del formato que tenga, del tipo de obra que se trate y del material del que esté hecho, además que son métodos que van cambiando y mejorando a lo largo del tiempo”, explica el restaurador.

Con ayuda de algodones, bisturís y pinceles, los “médicos del papel” despegan las hojas casi solidificadas, eliminan las impurezas del papel y a partir de un tratamiento acuoso, unen las pequeñas fibras del documento original con un nuevo soporte diferenciado para reforzar la pieza.

Estos profesionales cuentan además con unos estrictos protocolos de actuación que marcan que el tratamiento que se da “debe ser neutro, inocuo y reversible”, diferenciando lo que ha sido restaurado de lo que es original y asegurando que cuando el documento vuelva a su lugar de origen, sea conservado de manera adecuada.

Por ello, recuerdan que “la intervención directa y la restauración deben ser el último recurso, antes está todo el trabajo de preservación y conservación tanto del propio patrimonio documental como de sus ubicaciones para evitar su degradación”.

Tras pasar por las manos de Verónica y Manuel, muchos de esos documentos son transcritos y estudiados por historiadores, recuperando la historia de la isla a partir de protocolos notariales donde se narra el día a día de La Palma hace 500 años, o los primeros libros de bautismo de la isla.

“El patrimonio en papel palmero es inmenso, y nuestro trabajo es muy minucioso, pero poco a poco vamos encontrando varias agujas en el pajar” ha afirmado Verónica Ojeda, que asegura que “cuanto más ponemos en valor el patrimonio gráfico, más documentos van apareciendo que necesitan de nuestra atención”.

Por ello, y tras la erupción del volcán Tajogaite en 2021, el Centro de Conservación y Restauración de Documentos Gráficos de La Palma participa en el grupo motor para la elaboración de protocolos para salvaguardar el patrimonio histórico y cultural en situaciones de emergencia.

Ojeda confía que la Medalla de Oro otorgada por el Ministerio “sirva para seguir como estamos, implementando relaciones con otras entidades dentro y fuera de la isla, como hemos hecho estos 23 años, y nos dé impulso para tener más recursos humanos con los que poder seguir sacando proyectos adelante”.

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