Meliá Hotels International anuncia en nota de prensa la reapertura, el próximo mes de julio, de su emblemático hotel Sol La Palma, situado en la privilegiada zona de Puerto Naos, junto al puerto de Tazacorte, al suroeste de la isla.
El 19 de septiembre de 2021, la erupción del volcán obligó a desalojar a 650 personas (entre clientes, empleados y sus familias) del hotel más icónico de la isla: el Sol La Palma. Se trató de la mayor evacuación llevada a cabo en La Palma, y se realizó en tan solo 45 minutos, reubicando a todos los desalojados de manera provisional en un pabellón de urgencia para pernoctar, tras lo cual, al día siguiente fueron trasladados a dos hoteles de Meliá Hotels International en Tenerife, hasta la finalización de su viaje.
Situado sobre una antigua “lengua” de lava formada tras la erupción ocurrida en 1949, el hotel habrá permanecido cerrado 1.000 días, periodo durante el que se ha convertido en un factor de resiliencia y solidaridad para toda la zona. El área de Puerto Naos no resultó sepultada por la lava, pero quedó aislada y afectada por las emisiones residuales de gases tóxicos tras la catástrofe.
El hotel, operado por Meliá bajo su marca Sol y con unos apartamentos anexos, es propiedad de ATOM, y tanto la propiedad como la operadora mostraron desde el primer momento su compromiso para reabrir el hotel, uno de los más importantes exponentes de la oferta alojativa de esta Isla reserva de la Biosfera. Además, en línea con su apuesta por el reposicionamiento hacia una mayor calidad y sostenibilidad, ambas partes han decidido impulsar el rebranding de este producto extraordinario a una de las marcas“ premium” del Grupo, Meliá Hotels & Resorts, para lo que la sociedad propietaria invertirá casi 4 millones de euros. Está previsto que la adaptación a la nueva marca esté culminada el 1 de noviembre, con nuevos atributos de marca y conceptos de gastronomía y experiencias más atractivos e innovadores.
Un hotel-destino, ahora mejorado
A punto de culminar la reforma y adaptación a la nueva marca, propiedad y operadora del hotel han priorizado acometer la reapertura del hotel tan pronto como ha sido posible garantizar la salubridad y seguridad plena de la zona, para aprovechar los meses de temporada y anticipar la recuperación de los empleos y la actividad; de esta forma, aunque ya se han renovado una gran parte de las instalaciones y finalizado una fase de la reforma, el establecimiento abrirá este mes de julio manteniendo los estándares y atributos propios de la marca Sol, mientras continúa avanzando en la adaptación, por fases, del hotel a la marca Meliá.
La reforma supondrá un salto cualitativo en un hotel histórico de La Palma, situado entre las frondosas laderas de plataneras y el inmenso océano atlántico, con casi 500 unidades entre habitaciones y apartamentos, con fabulosas piscinas sobre el acantilado volcánico y con su propio observatorio astronómico. Con su transformación en el hotel “Meliá La Palma”, el hotel espera abrir, como dice el Presidente y CEO de Meliá Gabriel Escarrer, “una nueva época de prosperidad en que la isla se sobreponga a la fatalidad de la erupción y ponga en valor todo su potencial como destino de calidad, naturaleza y experiencias únicas”. Para ello, como recuerda el CEO de GMA, Victor Martí, “la propiedad ha reforzado su compromiso con el reposicionamiento del destino, convirtiendo el desafío del volcán en una gran oportunidad para el hotel y para el turismo de La Palma”.
Una historia inspiradora
Tras la exitosa gestión de la crisis que siguió a la erupción, el equipo del Sol La Palma y el resto del equipo de Meliá en las Islas Canarias continuaron involucrados en una “segunda fase” focalizada en el apoyo a la comunidad local en un sentido amplio, demostrando una vez más la importancia de los hoteles como actores claves en muchos destinos turísticos. Entre otras acciones, se organizó una primera expedición al hotel con fines solidarios, con dos camiones que llenaron de productos de primera necesidad, alimentos y bebidas almacenados en el establecimiento, que se donaron con urgencia al Banco de Alimentos y a la ONG “World Central Kitchen” del conocido Chef José Andrés, muy activos en el apoyo a la población afectada. Tanto el Chef del hotel como el equipo de cocina trabajaron también como voluntarios en la preparación y reparto de comida por toda la isla.
Además, el equipo técnico se desplazaba diariamente al hotel, (arriesgando su salud y rodeando la isla debido a que las carreteras de acceso habían sido pasto de la lava) con el fin de conectar la desaladora del hotel a la red de suministro local de agua, y comprobar su buen funcionamiento, pues al ser el cultivo de plataneras el principal motor de la economía local, existía una acuciante necesidad de agua para consumo agrícola en toda la zona. A lo largo de los meses que siguieron a la erupción, Meliá activó ayuda psicológica para los afectados, así como varias campañas de donaciones, incluso entre los propios empleados del Grupo, a los que en todo momento se ofreció apoyo para la percepción de las ayudas y la gestión de los llamados “Erte’s volcán”.
Tanto la propietaria ATOM como la operadora Meliá Hotels International han expresado su orgullo por la profesionalidad y el esfuerzo solidario mantenidos por sus equipos en La Palma ante una crisis que muy pocos hoteles en el mundo han tenido que gestionar, por la que no han dejado además de recibir merecidas demostraciones de gratitud, así como la felicitación de ciudadanos e instituciones competentes.