La cumbre de La Palma sigue demostrando que constituye un balcón cósmico privilegiado para descubrir los rincones más recónditos de la bóveda celeste. Gloria Andreuzzi, responsable de divulgación del Telescopio Nazionale Galileo (INAF-TNG), situado en el observatorio astrofísico de El Roque de Los Muchachos, en las cimas de Garafía, informa que “gracias al espectrógrafo HARPSN”, el ‘cazador de planetas extrasolares’ situado en este telescopio, “se ha podido caracterizar el primer sistema extra solar identificado por la misión K2 del satélite Kepler de la Nasa (Agencia Espacial Estadounidense)”. En concreto, subraya, “se ha podido confirmar la existencia de una mega tierra” en el citado sistema planetario .
Durante cuatro años el telescopio espacial Kepler, se indica en una nota de prensa de La Fundación Galileo Galilei-INAF, “observó continuamente un solo campo en el cielo en busca de pequeñas fluctuaciones periódicas en el brillo de más de 150.000 estrellas, causadas por planetas en tránsito frente a ellas”. Las observaciones de Kepler “revolucionaron el campo de la investigación de exoplanetas y permitieron a los astrónomos descubrir casi 1.000 planetas confirmados hasta la fecha, junto con más de 3200 candidatos planetas”.
En mayo de 2013, prosigue, “mientras que una buena parte de los datos de Kepler estaba todavía por analizar, el segundo de los cuatro giroscopios de la sonda falló. Las medidas de brillo de alta precisión que el telescopio espacial proporcionaba requerían siempre un apuntado preciso, que se lograba mediante el buen funcionamiento de al menos tres giroscopios. Así que cuando el segundo giroscopio fallo', poniendo fin a la misión primaria de Kepler, muchos pensaron que era también el final de la sonda”.
Misión alternativa
Nada más lejos de la verdad. Los científicos e ingenieros, se indica el comunicado, “no quisieron dar por perdido un telescopio espacial tan exitoso. Fue diseñada una misión alternativa, según la cual la sonda observaria varios campos a lo largo de la eclíptica, con la ayuda de la presión de la luz solar para controlar el apuntado junto con los giroscopios restantes”. La nueva misión, apodada K2, “prometió continuar la busca de exoplanetas por parte de Kepler, así como permitir las observaciones de los cúmulos estelares, galaxias activas y supernovas”.
Kepler, asegura, “ha cumplido su promesa”. Una confirmación “proviene del descubrimiento y caracterización del primer planeta de la misión K2, la ‘segunda vida’ de Kepler”. Un equipo internacional de astrónomos de los EE.UU., Italia, Suiza, Reino Unido, Canadá y Portugal, dirigido por Andrew Vanderburg del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (CfA), “encontró una nueva súper-tierra utilizando los datos recogidos por Kepler durante 9 días de observaciones de prueba en Febrero de 2014”.
Debido a las reducidas capacidades de apuntado de Kepler, “la extracción de datos útiles requiere un análisis informático sofisticado”. Vanderburg y sus colegas desarrollaron un software especializado para corregir los movimientos de la sonda, “logrando así la mitad de la precisión fotométrica de la misión original de Kepler. Cuando analizaron los datos, encontraron que Kepler había detectado un único tránsito planetario. Tránsitos adicionales fueron débilmente detectados por el Satélite MOST (Microvariability and Oscillations of STars)”.
“Necesitábamos una confirmación convincente de este resultado, como los que nos proporciona HARPS-N”, dice con satisfacción Emilio Molinari, el director del Telescopio Nazionale Galileo1 (TNG), donde el instrumento HARPS-N (High Accuracy Radial Velocity Planet Sercher - North) está montado. “Las precisas mediciones de velocidad radial de HARPS- N confirmarían la existencia del planeta, así como proporcionarían información valiosa sobre sus características, como la masa y la densidad”, añade Molinari. El equipo obtuvo las velocidades radiales del sistema planetario de HIP 116454 gracias a las observaciones con HARPS-N que se realizaron durante los meses de julio a septiembre de 2014.
El planeta recién descubierto, el HIP 116454b, tiene un diámetro de 32.200 kilómetros, dos veces y medio el tamaño de la Tierra. HARPS-N mostró que pesa casi 12 veces más que la Tierra. Esto hace de HIP 116454b una súper-Tierra, una clase de planetas que no existe en nuestro sistema solar. La densidad media sugiere que este planeta sea o bien un mundo de agua (compuesto por cerca de tres cuartas partes de agua y un cuarto de roca) o un Mini-Neptuno con una atmósfera gaseosa extendida. Los astrónomos predicen que su temperatura sea alrededor de los 400 grados Celsius.
HIP 116454b tiene un período orbital de 9,1 días y orbita a una distancia de unos 13,5 millones de kilómetros de su estrella anfitriona, 11 veces más cerca que la Tierra al Sol. La estrella anfitriona, HIP 116454, es una enana naranja, un poco más pequeña y fría que nuestro sol, en la constelación de Pisces, a 180 años-luz de distancia de nosotros.
“HARPS-N ha descubierto y caracterizado varias decenas de planetas extrasolares. Pero estamos especialmente contentos por HIP 116454b, ya que es el primer planeta de la nueva vida de la sonda Kepler”, dice Emilio Molinari.
El artículo científico que informa de este descubrimiento ha sido aceptado para su publicación en la revista ‘The Astrophysical Journal’.
El Telescopio Nazionale Galileo (TNG) se encuentra en el Observatorio de El Roque de los Muchachos. El TNG es operado por la Fundación Galileo Galilei-INAF (FGG-INAF). (Web: www.tng.inaf.it). El HARPS-N “es el espectrógrafo más preciso para la medida de velocidades estelares en el cielo septentrional”. Está instalado en el TNG y dirigido por un consorcio internacional al que participan la Universidad de Ginebra, el TNG-INAF, el Harward-Smithsonian Center for Astrophysics (CfA), la Universidad de St. Andrews, la Universidad de Edimburgo y la Universidad de Queens (Belfast).