El inicio de la temporada alta turística en La Palma, a diferencia del resto del Archipiélago, viene marcada por la incertidumbre derivada de la erupción volcánica, cuyo fin se desconoce, y por la caída de la conectividad aérea generada por la ceniza que dificulta, por otro lado, la llegada de los turistas. “Pensamos ya en Semana Santa”, ha asumido resignado el vicepresidente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel), Carlos García, que ha señalado que “no hay ninguna perspectiva” mientras no se apague el volcán y la temporada ya está empezada y aerolíneas y turoperadores han planificado sin contar con la isla.
En esa línea, ha apuntado que compañías como Condor o Easyjet han trasladado su operativa al mes de marzo y los escandinavos la han suspendido, lo que hace inviable confiar en la llegada masiva de turistas del norte de Europa. Además, pronostica que si la erupción acaba en enero o febrero se va a perder incluso el tirón actual de “turismo de curiosos” que viene a ver la lava y serán meses muy difíciles, porque desde que se acerque la Navidad, se va a resentir el turismo canario.
Incluso, en este mercado se han encontrado con una notable reducción de plazas de Binter, que esgrime problemas de seguridad en vuelos nocturnos, pero ya empieza a haber problemas para encontrar billetes hacia Tenerife con el fin de realizar trámites administrativos o visitas hospitalarias.
García ha subrayado que en la parte turística que está abierta, el este y norte de la isla, la ocupación no alcanza el 50%, con un leve repunte los fines de semana, y en la mayor parte de las ocasiones son estancias cortas, de uno o dos días, y con poco gasto en la isla. Además, ha habido una bajada de precios “lo que complica aún más la situación”.
Con la zona oeste y sur cerrada por la erupción, ha lamentado que algunos días la ceniza también afecta a Santa Cruz de La Palma y Breña Alta, consideradas entre las zonas seguras. “Al principio llama la atención pero la experiencia no es agradable”, ha señalado.
Oferta de turismo rural, “hibernada”
Carlos Fernández, presidente de la Asociación de Turismo Rural Isla Bonita, ha comentado que el sector vive “al corto plazo” debido a la incertidumbre y la pérdida de conectividad aérea. “No hay capacidad de hacer previsiones y dependemos del turismo canario, que solo viene en fines de semana por lo que no pensamos que tengamos un cierre de año bueno”, ha indicado.
Asimismo, señala que la ceniza es un “efecto colateral” que influye en la gestión de las casas porque la prestación de servicios “se ve alterada” de ahí que muchos turistas estén optando por apartamentos u otras fórmulas de alojamiento. Así, expone que la oferta en la isla está “hibernada” porque se han perdido las visitas de turistas europeos, con medias de entre 7 y 10 días de estancia, por lo que prácticamente se “da por perdida” la campaña de invierno.
Fernández ha comentado que la oferta se concentra en el norte y este de la isla aunque una pequeña parte de clientes que busca estar más cerca del volcán y opta por alojamientos en El Paso, Tijarafe o Puntagorda. Con todo, ha admitido que “hay reservas pero a continuación se cancelan” porque el mercado es “volátil” y depende mucho de la accesibilidad vía aeropuerto y la seguridad o confort de la experiencia que va a tener el turista.