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Arqueología de la mirada: el legado fotográfico de Luis Diego Cuscoy

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La exposición “Arqueología de la mirada. El legado fotográfico de Luis Diego Cuscoy” se podrá visitar en el Museo Arqueológico Benahoarita (Los Llanos de Aridane) entre el 21 de noviembre de 2024 y el 10 de enero de 2025. Los autores y promotores de este evento son la Dirección General de Patrimonio Cultural de Canarias y el Instituto Canario de Desarrollo Cultural. Consta de unas 66 fotografías, tres audiovisuales y un IIId en el que se recrea el yacimiento sepulcral guanche de Uchova, situado en la parte alta del municipio de San Miguel de Abona. La necrópolis fue descubierta de forma casual en 1933, si bien no fue excavada hasta 1952 por L. D. Cuscoy. En ese lapsus de tiempo fue sometido a un intensivo expolio, desapareciendo numerosos restos humanos, así como objetos pertenecientes al ajuar funerario. No se sabe exactamente la cantidad de cadáveres que albergaban, ya que las cifras oscilan entre los 55 y los 70, con restos de momificación en seis de ellos.

Fue un magnífico fotógrafo que cuidaba hasta el mínimo detalle los encuadres, la luz, el momento oportuno, etc. Su mirada estaba atenta a todo lo que le rodeaba, tanto a nivel paisajístico como etnográfico, de tal forma que su cámara sirvió para inmortalizar el medio natural, las personas, las actividades cotidianas, la artesanía de todos aquellos lugares que visitó. En la exposición podemos recrearnos en sus fotografías de Livorno (Italia), el antiguo Sáhara español y El Congo. De la Península Ibérica se han escogido instantáneas de Toro (Zamora), Salamanca y Galicia. En cuanto al Archipiélago Canario están representadas todas sus islas.

Luis Diego Cuscoy, fundador y director del Museo Arqueológico de Tenerife, fue uno de los investigadores-arqueólogos más importantes para el conocimiento de la vida de las poblaciones prehispánicas de Canarias, especialmente para la cultura guanche, sobre la cual realizó numerosos trabajos y publicaciones que, aún hoy, siguen siendo esenciales, sin perder un ápice de su interés, para quienes pretendan obtener información sobre estas gentes. En julio de 1951 fue nombrado Comisario Provincial de Excavaciones Arqueológicas de Las Canarias Occidentales y en 1958 se convirtió en el primer director del Museo Arqueológico de Tenerife hasta su muerte en 1987. La arqueología de La Palma le fascinó desde el principio porque le permitía refrendar sus teorías difusionistas en las que planteaba una primera oleada neolítica norteafricana que abarcó todo el Archipiélago Canario y otras arribadas más recientes, una de las cuales tenía su origen en la Europa Atlántica para la cual los petroglifos benahoaritas eran la clave para lanzar esta hipótesis. Por tanto, La Palma recibió una atención especial en sus investigaciones por lo que realizó numerosas prospecciones, estudios detallados y varias excavaciones. En esta labor jugó un papel fundamental Ramón Rodríguez Martín, que fue nombrado Comisario Local de Excavaciones Arqueológicas en el 15 de septiembre de 1948.

Las publicaciones de Luis Diego Cuscoy, cuando nos iniciamos en el mundo de la arqueología, fueron esenciales a la hora de plantear y realizar nuestra Tesis Doctoral sobre “La economía de producción en la prehistoria de la Isla de La Palma: la ganadería”, defendida en 1991 y publicada en 1996. Sus trabajos etnográficos sobre pastoreo en Tenerife y, sobre todo, su libro “Los Guaches” nos inspiraron y sirvieron de modelo. Su planteamiento sobre el uso pastoril de Las Cañadas del Teide, desde la etapa prehispánica hasta la creación del Parque Nacional, es el mismo que planteamos para los bordes de la Caldera de Taburiente, puesto que en ambos espacios era necesaria la práctica de la trashumancia y la estancia en La Cumbre durante, como mínimo, el período estival. Y ello fue así porque, entre otras cuestiones, el pastoreo era la única actividad posible debido a su cubierta vegetal, su elevada cota altitudinal y su clima extremo. Además, los cabreros de ambas islas, tanto aborígenes como históricos, hasta 1992 en La Palma, utilizaron los mismos senderos para subir a La Cumbre, vivieron en los mismos abrigos y encerraderos de ganado, aprovecharon las mismas fuentes, utilizaron idéntico régimen de pastoreo, etc. La tipología de las construcciones pastoriles (abrigos, goros, encerraderos de ganado, etc) ha sido idéntica a lo largo de casi 2000 años.

Para introducirnos en la arqueología de La Palma es imprescindible consultar algunas de las publicaciones de Luis Diego Cuscoy como, por ejemplo, la de la Cueva de Belmaco (Villa de Mazo), publicada en1955; los grabados rupestres de Tigalate Hondo (Villa de Mazo), escrita en 1958; las excavaciones en el Roque de La Campana (Villa de Mazo), en 1970 y la estación de petroglifos del Roque Teneguía (Fuencaliente), que vio la luz en 1973. A esos trabajos hemos de añadir las distintas campañas de excavaciones en la Cueva de Belmaco (Villa de Mazo) entre 1959 y 1962. En su archivo fotográfico nos encontramos con numerosas fotografías de todos estos yacimientos aunque, su magnífico conocimiento de la Isla, muy bien guiado por Ramón Rodríguez Martín, le permitió visitar muchos otros conjunto prehispánicos benahoaritas, entre los que sobresalen las estaciones de grabados rupestres del Calvario de Santo Domingo, Barranquera de La Castellana, Cercado de Vicente, El Palmar, Cueva del Sauce, Don Pedro, Buracas, Caldera de Agua, La Zarza y La Zarcita (Garafía); La Erita en la cumbre de Santa Cruz de La Palma, etc. Su cámara también se centró en mostrarnos la belleza de la cerámica benahoarita, tanto en fragmentos recuperados en las distintas excavaciones como de cuencos enteros depositados en colecciones particulares. Es interesante destacar el trabajo de limpieza de arena y granzón que llevaron a cabo en la base Roque Teneguía (Fuencaliente) que había sepultado los paneles situados en la parte inferior de este pitón fonolítico. La erupción del Volcán Teneguía (Fuencaliente), en 1971, fue muy bien documentada, tanto en fotografías, como en vídeos VHS.

Tuvimos la ocasión de conocer el archivo fotográfico de Luis Diego Cuscoy a comienzos de 1999 cuando estábamos trabajando en la apertura del Parque Arqueológico de Belmaco (Villa de Mazo), puesto que en el Museo Arqueológico del Puerto de La Cruz (Tenerife) se custodiaban las diapositivas sobre la excavación de este yacimiento, así como el propio diario de excavación. Durante esta visita nos acompañó Juan José Pérez Bravo, por entonces teniente de alcalde del Ayuntamiento de Villa de Mazo. Nuestra idea inicial era sacar fotografías a algunos de los materiales que recogió Luis Diego Cuscoy durante las excavaciones entre 1959 y 1962 que llevó a cabo en la parte izquierda de la Cueva de Belmaco. Estos vestigios fueron depositados en el Museo Arqueológico de Tenerife al carecer la Isla de La Palma de Museo Arqueológico Insular y, hoy en día, los materiales siguen en ese lugar cuando, en nuestra opinión, debieran regresar a su isla de origen. En ese momento no fue posible acceder a los restos de Belmaco y Roque de La Campana, por lo que acudimos al Museo Arqueológico del Puerto de La Cruz, depositario del Archivo de Luis Diego Cuscoy donde, por cierto, es justo y necesario resaltar las facilidades dadas para la consulta por parte de su, por entonces, directora Juana Hernández Suárez. Y, aunque el archivo fotográfico aún estaba sin catalogar, tuvimos acceso a una serie de carpetas llenas de diapositivas, no sólo de Belmaco, sino también de otros yacimientos benahoaritas de una calidad y belleza insuperables. Algunas de estas instantáneas se han utilizado para la actual exposición, finalizada en 2019, del centro de visitantes del Parque Arqueológico de Belmaco.

Tal y como reseñamos anteriormente, el archivo fotográfico de Luis Diego Cuscoy tiene una extraordinaria importancia para la arqueología de La Palma, no solo por la gran cantidad de yacimientos que fueron objeto de su interés, sino también por la belleza y nitidez de las instantáneas a pesar de que, en su inmensa mayoría, son en blanco y negro. En este sentido queremos resaltar, especialmente, algunas fotografías de los grabados rupestres del Roque Teneguía (Fuencaliente), Belmaco (Villa de Mazo) y La Zarza (Garafía) en las que los paneles se aprecian con un detalle y esplendor muy difíciles de igualar hoy día, a pesar del notable avance en medios tecnológicos que se ha producido en los últimos años. El día de la inauguración de la exposición en el MAB planteábamos la posibilidad de realizar una publicación y una exposición con todo este material fotográfico, de un valor incalculable, complementado con el rico patrimonio fotográfico con que cuenta el cabildo de La Palma sobre estos mismos yacimientos realizado por fotógrafos profesionales de gran prestigio. La exposición se completa con una serie de talleres de excavación arqueológica, impartidos por la arqueóloga Laura Bencomo Fernández, destinados al público en general y también al mundo educativo.

*Felipe Jorge Pais Pais es director del Museo Arqueológico Benahoarita

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