Florece abundantemente
tras las lluvias otoñales
en la orla de matorrales
y en el monte mismamente.
Un árbol que es referente
del monteverde canario,
con valor extraordinario
su noble y dura madera,
motivo que quizá fuera
origen de su calvario.
Jócamo, 13.XII.2022
NOTA: El barbusano o barbuzano, junto con el til (Ocotea foetens), el laurel o loro (Laurus novocanariensis) y el viñátigo (Persea indica), integra el grupo de las cuatro especies de Lauráceas características de la laurisilva o monteverde canario. Es más común en las cotas inferiores del monte, donde no es raro encontrarlo junto a los matorrales termófilos de la medianías expuestas al efecto benefactor de los alisios y zonas más frescas y umbría de poniente.
La madera es valorada por su dureza y resistencia, razón por la que se buscaba para elaborar vigas y piezas sometidas a tensión o rozamiento, como el husillo (“jusillo”) del lagar, la “chaveta” de la viga; o los “cánciles” de la “canga” (yugo) y las “chavetas” y “cabeza del arado”, en los aperos de labranza.
Si a estos usos agropecuarios, se suma la cualidad de ser buena leña, resulta comprensible el calvario de la explotación sufrido por esta interesante especie forestal.