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Cocina creativa

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Me agrada la presencia de jóvenes que puedan convertirse en símbolos de esfuerzo personal, de espíritu de superación en los estudios y que, además, tengan vocación por su trabajo, porque en la etapa crítica que vivimos las dádivas del Gobierno no van a solucionar el problema de nuestros hijos en paro, ni el de nuestros estudiantes, que en muy poco ven compensada la lejanía de las universidades, ya que las becas no son lo que eran, pues los criterios para su otorgamiento, según algunos políticos, suponían una manga demasiado ancha, propia de la mágica generosidad de un Estado demasiado paternalista y no de los momentos de crisis que vivimos, en los que hay que poner baremos mucho más rígidos para las rentas familiares y a la hora de tener en cuenta la nota media de los alumnos. Por eso nos satisface, en medio de la sequedad creadora a la que las normas de este país nos empuja, apreciar que en ambientes estudiantiles de nuestra Isla, aparezca un joven como Fran González, alumno del Instituto de Enseñanza Secundaria Virgen de las Nieves de Santa Cruz de La Palma, capaz de alcanzar la Medalla de Plata SpainSkills 2013 de cocina. Para los que no lo sepan, se trata de las Olimpiadas Nacionales de Formación Profesional que organiza el Ministerio de Educación cada dos años y donde el alumnado de los diferentes Institutos y familias profesionales participan para mostrar sus destrezas y habilidades en el desarrollo de su profesión.

La noche del pasado jueves contemplé, en el soporte digital de “La Palma Ahora”, las fotografías de los diferentes platos que formaron parte del menú con el que Fran participó en dichas Olimpiadas. De inmediato llegué a la conclusión de que también la cocina, si se fusionan arte, pasión y conocimientos, nos ofrece resultados inmejorables. Pero consciente de que la realidad, casi siempre, supera con creces la fantasía, al día siguiente, aproveché la invitación que me hicieron para degustar el menú de Francisco José González Hernández. El feliz acontecimiento adquirió tintes extraordinarios, hasta el punto de que, en este artículo de opinión en el que podría referirme a otros temas de actualidad relacionados con la atmósfera social que vive nuestra Isla, con la demanda cultural existente, con los escasos apoyos al deporte o con los componentes irracionales que se están dando en la política actual, he aquí, que me sorprendo a mí mismo, escribiendo esta columna culinaria sobre la cocina creativa de un alumno que, si no baja el nivel, está destinado a ser uno de los grandes en la materia.

La degustación del pasado viernes, por extraordinaria, dio como resultado un claro exponente de variedad y exquisitez. Desde el elixir angélico de bienvenida hasta el excelente café especial de cierre, el trato amable de los alumnos del IES Virgen de Las Nieves, repartiéndose las tareas en un ritual propio de todo aprendizaje, estuvo acorde con el ambiente cálido y acogedor. En medio, una variedad de platos y sabores que fueron una verdadera delicia para el paladar. Pero antes, Fran nos hizo comer con la vista, pues no deja de ser cierta la expresión popular “Come más con los ojos que con la boca”. Y empezamos? “Ceviche de gambas con guacamole sobre crujiente de bacon” y una “Mini hamburguesa de cordero con castañas garrapiñadas y salsa de queso”. El diseño y acabado de los platos y el detalle de sinuosas texturas en un equilibrio casi perfecto entre la técnica culinaria y la belleza, se fue dando en las pequeñas porciones servidas para deleite de los comensales: “Falso tiramisú con salsa de frutos rojos”, “Poupieta de lubina sobre arroz cremoso”, “Carré de cordero a la buena mujer”? No voy a emplear la palabra excelencia, porque implicaría una calidad excepcional que Fran debe alcanzar con el paso de los años y la evolución de sus conocimientos, pero reconozco que nos sorprendió gratamente la armonía y sencillez en la presentación de los platos y la combinación audaz de sus ingredientes. Por último, les diré que no soy goloso?, lo que para algunos es un placer y para otros un antojo o un capricho irrefrenable, a mi no me atrae de forma desmedida pero, al final, no pude resistir la tentación y sucumbí ante los postres: “Bosque canario con bizcocho de hortelana” y “lingote esponjoso de chocolate”, dos delicias cuyos sabores inundaron mi boca. Cocinar con gusto se ha convertido en un verdadero arte. Francisco José González, con su Medalla de Plata SpainSkill 2013, ya conoce muchas de las esencias que enriquecen el paladar y llenan los sentidos. Sus platos son aromáticos y, a la vista, muy atractivos. Les aseguro que su degustación nos lleva a decir más de una vez ¡qué rico?! Y nos lleva, a través de los sabores, a un clímax casi definitivo. Felicidades.

Me agrada la presencia de jóvenes que puedan convertirse en símbolos de esfuerzo personal, de espíritu de superación en los estudios y que, además, tengan vocación por su trabajo, porque en la etapa crítica que vivimos las dádivas del Gobierno no van a solucionar el problema de nuestros hijos en paro, ni el de nuestros estudiantes, que en muy poco ven compensada la lejanía de las universidades, ya que las becas no son lo que eran, pues los criterios para su otorgamiento, según algunos políticos, suponían una manga demasiado ancha, propia de la mágica generosidad de un Estado demasiado paternalista y no de los momentos de crisis que vivimos, en los que hay que poner baremos mucho más rígidos para las rentas familiares y a la hora de tener en cuenta la nota media de los alumnos. Por eso nos satisface, en medio de la sequedad creadora a la que las normas de este país nos empuja, apreciar que en ambientes estudiantiles de nuestra Isla, aparezca un joven como Fran González, alumno del Instituto de Enseñanza Secundaria Virgen de las Nieves de Santa Cruz de La Palma, capaz de alcanzar la Medalla de Plata SpainSkills 2013 de cocina. Para los que no lo sepan, se trata de las Olimpiadas Nacionales de Formación Profesional que organiza el Ministerio de Educación cada dos años y donde el alumnado de los diferentes Institutos y familias profesionales participan para mostrar sus destrezas y habilidades en el desarrollo de su profesión.

La noche del pasado jueves contemplé, en el soporte digital de “La Palma Ahora”, las fotografías de los diferentes platos que formaron parte del menú con el que Fran participó en dichas Olimpiadas. De inmediato llegué a la conclusión de que también la cocina, si se fusionan arte, pasión y conocimientos, nos ofrece resultados inmejorables. Pero consciente de que la realidad, casi siempre, supera con creces la fantasía, al día siguiente, aproveché la invitación que me hicieron para degustar el menú de Francisco José González Hernández. El feliz acontecimiento adquirió tintes extraordinarios, hasta el punto de que, en este artículo de opinión en el que podría referirme a otros temas de actualidad relacionados con la atmósfera social que vive nuestra Isla, con la demanda cultural existente, con los escasos apoyos al deporte o con los componentes irracionales que se están dando en la política actual, he aquí, que me sorprendo a mí mismo, escribiendo esta columna culinaria sobre la cocina creativa de un alumno que, si no baja el nivel, está destinado a ser uno de los grandes en la materia.