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Conectividad ¿y en casa qué?

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Mientras se trabaja en uno de los peores escenarios para conseguir vuelos que desplacen a los turistas a nuestra Isla, y deseando que todo el trabajo que se está realizando desde la Consejería de Turismo del Cabildo, el Patronato de Turismo, los Centros de Iniciativas Turísticas y otros organismos, obtenga sus frutos lo antes posible, me planteo qué estamos haciendo en casa para fidelizar a los pocos turistas que estamos recibiendo.

Si subimos al mirador del primer hotel emblemático de Canarias, el Hotel La Hacienda de Abajo en Tazacorte, vemos que siguiendo la línea verde de las plataneras se tendría que ver el mar, y no es así, lo que se ven son unas enormes escombreras. En pleno puente de mayo, cuando se acercan a La Palma madrileños, granadinos, y demás visitantes, comprobé estupefacto como el sábado día 4 de mayo al mediodía, una pala se puso a esparcir arena en la playa del Puerto de Tazacorte, levantando polvo y provocando ruidos. Cuando los visitantes llegan al aeropuerto de La Palma, comprobamos cómo los turistas tienen que sufrir el mal estado de la carretera. En un restaurante que no debo mencionar, a unos turistas le ofrecen unos platos fuera de carta y a otros no, en otro sirven un Martini sin aceituna, y así decenas de situaciones.

Basta estos pocos ejemplos para darnos cuenta que en casa ponemos zancadillas al trabajo que otros realizan. Por todo ello, inicialmente pregunto, ¿tanto cuesta asumir un cambio de mentalidad colectiva e integral que nos permita jugar la partida de ajedrez de nuestras vidas?, porque en un mundo globalizado donde las reglas de la agricultura pueden cambiar y somos incapaces de luchar contra el despropósito del REA, no podemos perder el poco turismo que hemos tenido. ¿Por qué una partida de ajedrez? Porque en el ajedrez siempre hay que pensar en la jugada del contrario y tenerla prevista con una antelación suficiente que nos permita tomar la mejor decisión. Es por ello que debemos de preguntarnos: ¿En La Palma estamos haciendo lo que creemos conveniente para agradar a nuestros turistas o lo que le gustaría a los que nos visitan?

Mientras se discute sobre infraestructuras y equipamientos, hay pequeñas actuaciones que se nos escapan de las manos que no debemos obviar, y que otros destinos ya han utilizado para diferenciarse de sus competidores. Me refiero, como no podía ser de otra manera, a la calidad del destino; concretamente a cuatro aspectos, que se oyen pero a los cuales no se la da importancia y son los siguientes: Educación, Embellecimiento, Innovación y Sentido Común. Ejemplos de mala educación los podemos ver en todos los municipios, desde el trato al visitante, hasta cómo arrojamos nuestros residuos. Seguro que más de uno se ha preguntado ¿Por qué en la isla de Tenerife lanzaron la campaña Tenerife Amable?. En cuanto al Embellecimiento, es necesario que la población, sin estar continuamente demandando actuaciones a nuestros políticos, retire y evite impactos visuales en todas partes, de esta manera nos beneficiaremos de un mejor turismo y nos sentiremos más a gusto en nuestra Isla. Oímos hablar de Innovación y pensamos en I+D+I, es más sencillo, se trata de aprovechar las buenas ideas y llevarlas a cabo a cualquier nivel y no relacionar siempre la innovación con la Tecnología. Por último tener Sentido Común, para pensar siempre desde el punto de vista de lo que le gustaría a la mayoría de nuestros visitantes. Con esas cuatro recetas, como mínimo, mantendremos el número de visitantes del año 1999.

Mientras se trabaja en uno de los peores escenarios para conseguir vuelos que desplacen a los turistas a nuestra Isla, y deseando que todo el trabajo que se está realizando desde la Consejería de Turismo del Cabildo, el Patronato de Turismo, los Centros de Iniciativas Turísticas y otros organismos, obtenga sus frutos lo antes posible, me planteo qué estamos haciendo en casa para fidelizar a los pocos turistas que estamos recibiendo.

Si subimos al mirador del primer hotel emblemático de Canarias, el Hotel La Hacienda de Abajo en Tazacorte, vemos que siguiendo la línea verde de las plataneras se tendría que ver el mar, y no es así, lo que se ven son unas enormes escombreras. En pleno puente de mayo, cuando se acercan a La Palma madrileños, granadinos, y demás visitantes, comprobé estupefacto como el sábado día 4 de mayo al mediodía, una pala se puso a esparcir arena en la playa del Puerto de Tazacorte, levantando polvo y provocando ruidos. Cuando los visitantes llegan al aeropuerto de La Palma, comprobamos cómo los turistas tienen que sufrir el mal estado de la carretera. En un restaurante que no debo mencionar, a unos turistas le ofrecen unos platos fuera de carta y a otros no, en otro sirven un Martini sin aceituna, y así decenas de situaciones.