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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Cuando decían que España iba bien

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Cuando decían que España iba bien, es cuando empezó la crisis. Cuando se infló la burbuja inmobiliaria, los chicos de 16 años abandonaban los estudios por la pala de albañil, y no sólo ellos, sino todo dios. Ahí empezó la crisis del modelo de crecimiento español, que se sumó a la crisis de modelo en Europa, que se sumó a la crisis del modelo capitalista mundial, y al que todavía hay que sumar, en Canarias, el modelo caduco y rancio, caciquil, sostenido sobre todo por CC pero también por el PPSOE. Toda esa suma nos aplasta como a cucarachas. Por eso aquí, en Canarias, esta crisis es peor que en ningún sitio. Toda esa montaña es la que nos ha caído encima. Prometen aligerarnos el peso, lo que hay que hacer es librarnos del aplastamiento.

Cuando decían que España iba bien, fue cuando dejamos de intentar competir con nuestros vecinos europeos en producir mejor. No hacía falta, construíamos más que Alemania, Francia e Italia juntas, y sin mejores universidades, ni centros de desarrollo, ni innovaciones en los productos, que eso es mucho esfuerzo para los señoritos. Todo gracias a esos grandes genios de las finanzas, Rato, que hoy debería estar en la cárcel, y Montoro, que hoy debería estar purgando sus pecados, en lugar de ocupar el puesto de ministro. Antes de llegar Aznar al Gobierno la construcción ya representaba un desequilibrio. Respecto a otros países este sector ocupaba cinco puntos del PIB por encima de países de nuestro entorno. Luego el PP lo llevó a límites disparatados, y el PSOE, que prometió arreglarlo, no lo hizo. ¿Por qué? Porque era lo más fácil y rápido, sí, por la ley del mínimo esfuerzo. Hay que esforzarse en educar a gente para tener capital humano, esforzarse para crear industrias, competir, producir, buscar materia prima, abaratar costes, introducir tecnología, requiere mucho esfuerzo y a la vista está que al PP y al PSOE les gusta el camino fácil.

Cuando llegó el PSOE y la cosa iba a cambiar, pero solo cambiaron las apariencias, no la sustancia, la economía. El socialismo afirma que para crear una sociedad justa, el sistema económico, debe ser justo. Ese es su principio más importante, pero el PSOE de ZP ya no era socialista, o por lo menos, su cúpula dirigente ya no lo era, había perdido la ideología, y hoy no saben dónde. No cambiaron absolutamente nada de los asuntos económicos y disfrazaron esta deficiencia con un cosmético aumento de las medidas sociales, muy espectacular, pero sin una base firme y cayó limpiamente, junto con los buenos resultados económicos. El Estado del Bienestar nunca ha existido en España, nos quedamos a entre 6 y 8 puntos de PIB de la media europea y, esto es lo importante, desde los años 90, no nos acercamos a esta media. Cuando llegó la crisis la gente esperaba un trato igualitario y eso no es posible en este sistema económico, que funciona para una aristocracia financiera, no para el pueblo.

Cuando España iba bien creíamos que el sistema funcionaba y que el progreso sería infinito, pero Marx tenía razón y la escuela de Chicago se equivocaba. El capitalismo es un sistema económico abocado a la crisis, y a la larga acaba con la llamada clase media, pues crisis tras crisis la clase media encoge y solo quedan o muy muy ricos o muy muy pobres. No hace falta ser marxista o creer a Marx para aceptar esto, basta con aceptar lo que se ve con los ojos. Hacia allá vamos, hacia la jungla y la ley del bolsillo más lleno.

Cuando decían que España iba bien, es cuando empezó la crisis. Cuando se infló la burbuja inmobiliaria, los chicos de 16 años abandonaban los estudios por la pala de albañil, y no sólo ellos, sino todo dios. Ahí empezó la crisis del modelo de crecimiento español, que se sumó a la crisis de modelo en Europa, que se sumó a la crisis del modelo capitalista mundial, y al que todavía hay que sumar, en Canarias, el modelo caduco y rancio, caciquil, sostenido sobre todo por CC pero también por el PPSOE. Toda esa suma nos aplasta como a cucarachas. Por eso aquí, en Canarias, esta crisis es peor que en ningún sitio. Toda esa montaña es la que nos ha caído encima. Prometen aligerarnos el peso, lo que hay que hacer es librarnos del aplastamiento.

Cuando decían que España iba bien, fue cuando dejamos de intentar competir con nuestros vecinos europeos en producir mejor. No hacía falta, construíamos más que Alemania, Francia e Italia juntas, y sin mejores universidades, ni centros de desarrollo, ni innovaciones en los productos, que eso es mucho esfuerzo para los señoritos. Todo gracias a esos grandes genios de las finanzas, Rato, que hoy debería estar en la cárcel, y Montoro, que hoy debería estar purgando sus pecados, en lugar de ocupar el puesto de ministro. Antes de llegar Aznar al Gobierno la construcción ya representaba un desequilibrio. Respecto a otros países este sector ocupaba cinco puntos del PIB por encima de países de nuestro entorno. Luego el PP lo llevó a límites disparatados, y el PSOE, que prometió arreglarlo, no lo hizo. ¿Por qué? Porque era lo más fácil y rápido, sí, por la ley del mínimo esfuerzo. Hay que esforzarse en educar a gente para tener capital humano, esforzarse para crear industrias, competir, producir, buscar materia prima, abaratar costes, introducir tecnología, requiere mucho esfuerzo y a la vista está que al PP y al PSOE les gusta el camino fácil.