Regalar un abrazo a quien más lo necesita, sacar una sonrisa de oreja a oreja, una sonrisa que termina en carcajadas entre risas y cervezas, contar secretos basados en confianza mutua, mostrar miedos y liberarse al contarlos, arreglar problemas hablando, narrar historias, pasarlo bien, apoyarse en momentos duros, besar, bailar, cantar, descubrir lugares o simplemente estar, estar ahí, presente, juntos. Para todo ello, tan solo se necesita una cosa, tiempo. Y es que, sí, podremos regalar lujos, y enviar un mensaje de texto enorme a través de un móvil, pero lo que conlleva regalar tiempo a quien queremos, no lo vale ni el mismísimo oro.
Por eso, nos ponemos tan felices cuando nuestro gran amigo o nuestra querida amiga viene a vernos y por fin saca tiempo de su agenda tan apretada, por eso, aunque nos regalan una camiseta horrible por el cumpleaños, nos ponemos muy felices, pues sabemos que han dedicado tiempo de sus vidas en nosotros, y están aquí, con nosotros, regalándonos realmente su tiempo, porque no hay nada más valioso en este mundo que el tiempo.
Dedicar tiempo a otra persona se podría traducir en palabras como “me importas, te quiero, te apoyo, me preocupas y quiero ayudarte, o adoro tu compañía”, palabras que en este caso son insonoras, pero que no tienen precio ni un equivalente material. Porque definitivamente, dedicar tiempo es dedicar una parte de tu vida.
Pero, no debemos ni exigir este tiempo a los demás, ni tenemos que mendigarlo a personas que solo piensa en sí mismas, o que directamente no nos dan la importancia que nosotros les damos a ellas. El tiempo no lo podemos comprar, no se intercambia ni tampoco se vende, el tiempo se regala. Pasar tiempo con el otro es una elección que brota desde el interior y permite conectarnos emocionalmente con los otros. Además, todos los grandes recuerdos y momentos inolvidables vienen dados por la decisión de pasar tiempo de vida junto a otras personas, son decisiones que dejan huella.
El paso del tiempo es una de las pocas cosas que nunca podremos recuperar en nuestras vidas, y por esto mismo, este tiene un valor inigualable. Por consiguiente, si realmente nos queremos, deberíamos invertir este tiempo en realizar actividades que nos benefician o pasarlo con personas que nos aporten buenos sentimientos y nos hagan progresar.
Considero maravilloso cuando una persona estando muy agobiada y estresada con su día a día, y decida echar el freno a sus obligaciones por pasar tiempo con nosotros o saber algo sobre nuestra vida. Son momentos que valen la pena, pues estas personas nos están brindando su afecto y su interés y preocupación en nosotros.
Y es que, este viaje al que llamamos “vida”, es tan corto que, mientras lees esto, el tiempo va pasando, y no vuelve. Por lo que te propongo que en vez de tirar por la borda tu tiempo, gastándolo en enfadarte con personas que te importan, lo dediques a ser amable con las personas que te tratan bien. Que te despiertes de buen humor, que quieras a quien te quiere, pero incluso a aquellas personas que no lo hacen, solo porque tú si puedes hacerlo. Que creas, en cualquier cosa que desees, teniendo fe en ello, pues todo pasa por una razón, y por favor, elimina la palabra imposible de tu vocabulario. Que perdones y agradezcas, siempre.
Quédate con quien te valore, con quien te abrace sin mentirte y te sienta sin tocarte. No hay mejor mensaje de afección que aquel que no se dice, sino que se hace, y se hace dedicando tiempo a quienes les importas. No te olvides de dejar a un lado el estrés y las obligaciones y cuida de todos ellos como si no hubiese mañana, porque nunca sabemos cuándo se terminará nuestro viaje. Y si alguien ha decidido dejar a un lado el resto de los planes para verte, hablar contigo o dedicarte su atención, valóralo.
Ojalá que cuando se haya consumido casi todo el tiempo de este “viaje”, sientas mucha satisfacción tras haberlo aprovechado junto a todas esas personas que están haciendo de tu vida, un viaje más agradable.
Tras leer este artículo, desearía que cerrases los ojos por un segundo y que pienses en todas esas personas que crees que merecen un poquito más de tu tiempo, esas personas a las que, debido al estrés del día a día, les has rechazado planes o por las que has dejado de preocuparte. Sé valiente y demuéstrales que para ti también son importantes en tu vida, pues una simple acción puede cambiar el día de muchas personas.
Christian Pérez
CH.