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Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

ESPINAS POR ROSAS

No consigo entender que aún hoy existan hombres de las cavernas.

No consigo entender que aún haya mujeres que acepten ser propiedad de un hombre.

No consigo entender que cada día parezca normal leer en la prensa que alguien muera a manos de quien debería darle amor.

Mientras una sola persona intente justificar al maltratador; mientras una sola persona intente justificar a quien lo sufre sin dejarle, estaremos siendo cómplices de la vuelta a las cavernas.

Pero por alguna razón no se llama a las cosas por su nombre.

Empieza a darme náuseas esa tristemente famosa frase de “Es lo políticamente correcto”.

¡COBARDE!

Se llama COBARDE. Esa es la única, la auténtica palabra para definir a quien hace uso y abuso de la fuerza bruta contra quien física o mentalmente no está capacitado para defenderse.

La falta de autoestima lleva a estas personas a portarse como simples bestias, porque su propia simplicidad les impide llegar a la categoría de “seres humanos”.

El cobarde elige cuidadosamente a su “víctima”; suele ser una mujer también insegura, convencida de que el hombre debe protegerla y cuidarla. Y eso la convierte en la víctima propiciatoria para el cavernícola.

Listo este caldo de cultivo, solo falta una pequeña excusa para encender la mecha.

Y lo siguiente, otra víctima para portada de prensa.

Tú le reverencias y él te desprecia; tú le cuidas y él te apalea; tú le das tu alma y él te compra una lápida.

Ambos se equivocan.

Recuerda: “El amor sí funciona, la dependencia no”; la dependencia no es amor.

No merece rosas quien devuelve espinas.

ESPINAS POR ROSAS