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Desde ‘startups’ hasta gigantes industriales: los impulsores del cambio hacia un modelo de producción más sostenible

Mujer cerca de edificios de oficinas

La compañía química BASF celebró la semana pasada la sexta edición de sus premios de economía circular, con los que cada año reconoce aquellas iniciativas pioneras que promueven un modelo basado en la sostenibilidad y el aprovechamiento de recursos. En esta ocasión, la gala de entrega tuvo lugar en el Espacio Downtown de Madrid y reunió a representantes de la administración pública, compañías privadas, emprendedores y especialistas en campos relacionados con la sostenibilidad. 

Álex Dorado Nájera, comisionado para la Economía Circular del Gobierno de España, destacó en la clausura la importancia de “avanzar con urgencia hacia un modelo económico que minimice el uso de recursos y la generación de residuos” y que sea útil, al mismo tiempo, para “mitigar los efectos negativos en el medio ambiente y la salud de las personas”. Desde BASF subrayaron su compromiso con dichas prioridades y constataron que la misión de estos premios es destacar aquellos proyectos que trabajan hacia ese cambio. De esta forma, en esta edición, la firma reconoció las iniciativas en un total de 6 categorías: Administración Pública, Gran Empresa, PYME, Startup, Academia y Divulgación.

En la primera de ellas, el Ayuntamiento de Madrid fue galardonado por su proyecto Centro de Innovación en Economía Circular (CIEC Madrid), fundado en 2022 y situado en el distrito de Vicálvaro. Su cometido es actuar como un nodo para las iniciativas de economía circular, promoviendo la innovación, el emprendimiento y la creación de redes y oportunidades laborales en el sector.También busca sensibilizar a la ciudadanía sobre la importancia de adoptar prácticas circulares. Esta categoría contó con un accésit que se llevó la Junta de Castilla-La Mancha por su Red de agentes de economía circular, una plataforma que conecta a los agentes del sector en esta región para facilitar la cooperación entre profesionales.

En la sección de Gran Empresa, el premio fue a parar para Renault Group y su proyecto Refactory Sevilla. Desde finales de 2022 esta iniciativa reacondiciona vehículos usados para relanzarlos en el mercado con mayores calidades y precios. Solo en su primer año de funcionamiento, gracias a este proyecto un millar de vehículos en toda España tuvieron una segunda vida.

En el caso de las pymes, el premio fue para Surus, por su proyecto Efecto Reempleo, que aporta una nueva visión a la gestión de activos desechados por empresas y organizaciones.Su prioridad es reutilizar antes que eliminar productos que terminen en vertederos. Con este sistema, se encuentran nuevos propietarios y se conservan los estados originales: solo se desecha el concepto tradicional de residuo.

Impulsores del nuevo paradigma económico

Estos galardones cuentan con un apartado específico para las startups. En esta sexta edición, el premio fue a parar a una solución digital para la gestión de residuos que utiliza una tecnología denominada SaaS. El proyecto 360º advisor de la empresa Cocircular permite la trazabilidad completa y la gestión circular de residuos a las empresas de los sectores energético, construcción o textil y  facilita el cumplimiento de la Ley de Residuos, ya que supera el límite exigido con una valorización del 89% de los desechos tratados.

La penúltima categoría corresponde a la Academia y la entidad premiada fue Women Action Sustainability (WAS) por su exposición itinerante WAS CIRCULAMOS. Con esta muestra, la organización sin ánimo de lucro busca sensibilizar a los estudiantes universitarios de toda España respecto a las aplicaciones prácticas de la economía circular, a través de casos reales que les introducen de lleno en la importancia de este modelo económico para garantizar un futuro sostenible.

Finalmente, el galardón de la categoría de Divulgación fue a parar a Plastics Europe. En este caso, se premió a la campaña #PlasticosEnPositivo, que forma parte de la iniciativa europea #ChangingPlasticsforGood. El foco de la iniciativa se ha puesto en historias de cambio en la industria de plásticos que impulsan la sostenibilidad y la neutralidad climática a través de casos de éxito en España y Portugal. Esta sección también contó con un premio accésit para el Catálogo de Buenas Prácticas Ambientales de las Empresas Españolas 2023 que elabora la CEOE, un documento descriptivo y visual donde las empresas españolas exponen y dan visibilidad a acciones ejemplares en materia medioambiental.

Hoja de ruta y desafíos hacia la circularidad

La gala también acogió una mesa redonda en torno a la integración de la economía circular en la sociedad. Conducida por Carles Navarro, director General de BASF en España y presidente del Club de Excelencia en Sostenibilidad, las expertas que participaron en la misma fueron Belén Hinojar y Carmen Huidobro, influencers y divulgadoras creadoras de ClimaBar. 

Belén Hinojar señaló la necesidad de cambiar la mentalidad de “consumir rápido y desechar” que prevalece hoy en día. Abogó por un cambio heavy hacia un consumo más consciente, al tiempo que resaltó las ventajas de la economía circular: “Tenemos que evidenciar los beneficios que genera, tanto económicos, de salud o relacionados con el planeta”, defendió.

Carmen Huidobro enfatizó “los desafíos a los que se enfrenta la juventud en el actual contexto” y pidió a los responsables políticos, las instituciones y las empresas “ayuda a la hora de crear condiciones que permitan consumir de manera sostenible”. Apeló a la responsabilidad corporativa, pidiendo a las empresas que “examinen sus cadenas de suministro y prioricen las acciones con el mayor impacto positivo en el medio ambiente”. Huidobro lanzó una crítica a las prácticas de ecopostureo y solicitó que las compañías enfoquen sus esfuerzos “en reducir realmente su huella de carbono”.

Por su parte, Navarro destacó que “nuestros abuelos ya adoptaban hace 40 años algunas prácticas que hoy en día se considerarían sostenibles, como alargar el uso de la ropa o repararla”. Según el director de BASF, incorporar estos hábitos sostenibles “no siempre significa un cambio radical, sino una vuelta a prácticas simples y eficaces que ya forman parte de nuestra historia”. Para finalizar, subrayó la importancia de “incentivar los comportamientos correctos y penalizar aquellos que no lo son”.

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