Espacio de opinión de La Palma Ahora
El turismo de masas no es la solución
El mes pasado, el periódico El País se hizo eco de cómo el municipio de Arona (donde se encuentra la localidad de Los Cristianos), en la isla de Tenerife, se encontraba a la cola en cuanto a renta personal por habitante para los municipios españoles con más de 50.000 habitantes, según el estudio realizado por Fedea. A este hecho se une otro igualmente significativo: este mismo municipio es también donde una minoría de la población residente en el mismo acumula mayores ingresos, esto es, 23 vecinos y vecinas acumulan el 6,5% de las rentas en un municipio de 72.328 habitantes. Hay que decir, por otro lado, que este estudio comenzó a realizarse en 2007, y que estos datos ya tienen una cierta antigüedad y que, por otro lado, se tiene en cuenta la distribución interna de las rentas de las personas empadronadas en cada municipio, es decir, si las principales riquezas de un determinado municipio están en manos de una persona residente en otro municipio o, incluso, país, ello no contaría.
Pues bien, con todo ello, consultando la página de Fedea pude comprobar lo que ya me venía imaginando, los municipios canarios que ofrecen mayores índices de desigualdad económica son aquellos dedicados a un turismo de masas de sol y playa. Así tenemos el escandaloso caso de Adeje (municipio en el que se encuentra el núcleo turístico de Playa de las Américas), donde el 0,1% de las rentas más altas acumula el 11,6% de las rentas del municipio, y el 1% acumula el 20,27% de la riqueza, sin contar la riqueza generada por establecimientos que están en manos de peninsulares o extranjeros. Esto nos lleva a cuestionarnos algunas voces que se escuchan en la isla pidiendo para La Palma un modelo de turismo de masas basado en sol, playa o golf, llegando a decir algunos auténticas barbaridades completamente alejadas de la realidad como que en el sur de Tenerife no existe pobreza ni desempleo, y como si acaso las condiciones de vida de las personas que trabajan en esos establecimiento fueran como las de quienes se alojan en los lujosos hoteles. Un modelo de turismo que genera unas rentas de las cuales, la mayor parte se queda en el lugar de origen. Un modelo de turismo basado en ofrecer lo mismo que puede ofrecer cualquier otro lugar del mundo en vez de en las peculiaridades de este territorio. Un modelo turístico que genera enormes riquezas que se quedan en pocas manos, mientras trabajadores y trabajadoras sirven mesas o limpian cuartos en condiciones cada vez más precarias.
Otro dato a tener en cuenta es que Canarias, en su conjunto, está recibiendo más turistas que nunca, pero esta gran afluencia turística no ha estado unida a un descenso del paro, sino todo lo contrario, a un aumento de los índices de desempleo. Por eso llama la atención que tengan tanto eco en la isla aquellas voces que ponen al turismo como la gran panacea que solucionará todos los problemas económicos y de empleo en La Palma. Además ¿a qué vienen nuevos proyectos de establecimientos hoteleros si los que “tenemos” (como si acaso fuesen nuestros) actualmente o bien están obsoletos o bien están casi vacíos? Ha habido una nefasta gestión en este sentido en la isla, es cierto, pero pueden hacerlo peor.
Por supuesto no me opongo a que exista el turismo, actividad que, por cierto, no comenzó a desarrollarse verdaderamente hasta que las clases trabajadoras fueron conquistando una serie de derechos y mejorando su situación económica pudiendo permitirse irse de vacaciones, “lujo” antes reservado exclusivamente a las minorías más ricas de la sociedad. Pero debemos debatir qué modelo es el que queremos. Y no nos vale seguir mendigando a touroperadores extranjeros, cuando son estos quienes se llevan la mayor parte de los beneficios. Lo ideal sería que Canarias pudiera contar con su propio touropoerador, público o mixto, que operara en los países de origen del turismo, de modo que los beneficios pudieran revertir al conjunto del archipiélago. Ahí sí que habría verdaderos avances en cuanto a “soberanía”, no en que el Estado central reconozca más competencias a la Comunidad Autónoma o los Cabildos para beneficio de “nuestros” caciques.
Un último dato: llama la atención la distribución geográfica en el Estado español de la pobreza y las distintas problemáticas sociales, de modo que, cuanto más al sur, peor situación encontramos, compartiendo Canarias con Andalucía los peores indicadores. Sin embargo, hay un dato donde los peores índices se dan en un territorio situado más al norte; hablo del abandono escolar temprano. Ese territorio es Baleares. Para pensar.
Dailos González Díaz es candidato al Consejo Autonómico de Podemos en Canarias por la lista ‘Claro que Podemos’.
El mes pasado, el periódico El País se hizo eco de cómo el municipio de Arona (donde se encuentra la localidad de Los Cristianos), en la isla de Tenerife, se encontraba a la cola en cuanto a renta personal por habitante para los municipios españoles con más de 50.000 habitantes, según el estudio realizado por Fedea. A este hecho se une otro igualmente significativo: este mismo municipio es también donde una minoría de la población residente en el mismo acumula mayores ingresos, esto es, 23 vecinos y vecinas acumulan el 6,5% de las rentas en un municipio de 72.328 habitantes. Hay que decir, por otro lado, que este estudio comenzó a realizarse en 2007, y que estos datos ya tienen una cierta antigüedad y que, por otro lado, se tiene en cuenta la distribución interna de las rentas de las personas empadronadas en cada municipio, es decir, si las principales riquezas de un determinado municipio están en manos de una persona residente en otro municipio o, incluso, país, ello no contaría.
Pues bien, con todo ello, consultando la página de Fedea pude comprobar lo que ya me venía imaginando, los municipios canarios que ofrecen mayores índices de desigualdad económica son aquellos dedicados a un turismo de masas de sol y playa. Así tenemos el escandaloso caso de Adeje (municipio en el que se encuentra el núcleo turístico de Playa de las Américas), donde el 0,1% de las rentas más altas acumula el 11,6% de las rentas del municipio, y el 1% acumula el 20,27% de la riqueza, sin contar la riqueza generada por establecimientos que están en manos de peninsulares o extranjeros. Esto nos lleva a cuestionarnos algunas voces que se escuchan en la isla pidiendo para La Palma un modelo de turismo de masas basado en sol, playa o golf, llegando a decir algunos auténticas barbaridades completamente alejadas de la realidad como que en el sur de Tenerife no existe pobreza ni desempleo, y como si acaso las condiciones de vida de las personas que trabajan en esos establecimiento fueran como las de quienes se alojan en los lujosos hoteles. Un modelo de turismo que genera unas rentas de las cuales, la mayor parte se queda en el lugar de origen. Un modelo de turismo basado en ofrecer lo mismo que puede ofrecer cualquier otro lugar del mundo en vez de en las peculiaridades de este territorio. Un modelo turístico que genera enormes riquezas que se quedan en pocas manos, mientras trabajadores y trabajadoras sirven mesas o limpian cuartos en condiciones cada vez más precarias.