El gran socavón

Los últimos temporales han descarnado el firme de numerosos tramos de la red viaria de La Palma. Tales inclemencias han acelerado la erosión de unas carreteras que, en la mayoría de los casos, serpentean por complicados entornos de orografías abruptas y complejas.

Las trombas descargadas, especialmente en los trazados que discurren por el norte y el sur, han sido verdaderos latigazos a las calzadas que, a su vez, generarán una sangría de millones de euros en las cuentas del Cabildo. En las actuales circunstancias, ha llovido sobre mojado de forma torrencial contra las arcas públicas que nutrimos entre todos.

El mantenimiento y conservación de las carreteras es una función prioritaria y fundamental para que los habitantes de La Palma, en su territorio, no se queden aislados. En consecuencia, tras los efectos arrolladores de las escorrentías, es imprescindible actuar con celeridad en el arreglo de los desperfectos originados pues, cuando algo se descose, ni no se zurce con prontitud, el desgarrón se hace más y más grande.

El consejero de Obras Públicas, Transportes y Política Territorial del Gobierno de Canarias, Domingo Berriel, se ha dado este viernes una vuelta por La Palma para ver sobre el terreno el estado de las nuevas carreteras que acondiciona en la Isla el departamento que dirige.

Esperemos que, además de conocer in situ la situación, haya tomado nota de los nuevos socavones que han surgido en el sistema viario insular tras los intensos chaparrones y, al tratarse de un gasto extraordinario, pese a los recortes presupuestarios, colaborare con el Cabildo en la financiación de los mismos a fin de que, el parque automovilístico insular, con tantos agujeros, no se quede sin amortiguadores y, por tanto, sin resuello.

Los últimos temporales han descarnado el firme de numerosos tramos de la red viaria de La Palma. Tales inclemencias han acelerado la erosión de unas carreteras que, en la mayoría de los casos, serpentean por complicados entornos de orografías abruptas y complejas.

Las trombas descargadas, especialmente en los trazados que discurren por el norte y el sur, han sido verdaderos latigazos a las calzadas que, a su vez, generarán una sangría de millones de euros en las cuentas del Cabildo. En las actuales circunstancias, ha llovido sobre mojado de forma torrencial contra las arcas públicas que nutrimos entre todos.