Espacio de opinión de La Palma Ahora
Ser honesta y aspirar en política
Mis amigos me dicen que escribo con un estilo directo y poco diplomático; sin embargo, los más afines me critican cariñosamente porque suelo pararme en sutilezas y han de leer entre líneas mis modestos comentarios. A unos y a otros les digo que la reflexión es una carga porque uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que dice. No niego que en ocasiones hablo de política y del futuro de La Palma con personas de reconocida ecuanimidad y buen sentido, opiniones que valoro porque en ellas vive el alma de mi ciudad.
En la actualidad la noticia comentada sigue siendo la renuncia de Maeve Sanjuan, consejera insular de Educación, Empleo y Artesanía a su escaño en el Cabildo, y su baja como militante de Coalición Canaria, que según todos los indicios agudiza el riesgo de cisma en el seno de la formación nacionalista. Se rompe lo que aparentemente estaba unido (API-ICAN) en la idea común de luchar por la Isla, justo en el momento en que resultaba imprescindible que todos participaran en la tarea. “No me siento identificada con el proyecto y también me han puesto muchas trabas”. La marcha de Maeve Sanjuan nos muestra la atmósfera de divorcio que existe en Coalición Canaria y coloca en situación de alerta a aquellos que han participado del proyecto con la indispensable buena fe de quienes necesitan creer en algo. No olvidemos que Maeve Sanjuan planteó “abiertamente” su aspiración a encabezar el comité local de CC en Santa Cruz de La Palma y, a partir de entonces, “los obstáculos se agudizaron”. ¡Hay que obedecer! El grito que emanó del último Congreso empieza a cobrar sus víctimas frente al imperativo ético de los libre-pensadores que pudieran existir en el seno de la coalición.
Ni los congresos, ni los partidos pueden conseguir que los políticos honestos se zafen de cumplir con su deber. De ahí, que resulte dramático que sean los partidos los que se arroguen la representación de una entidad superior, la de los votos, que no siempre bien interpretada es la opinión del pueblo. Así, el Partido Popular traicionó su propio programa después de llegar al Gobierno de la Nación, y así, Coalición Canaria en La Palma provoca un cisma en la capital de la Isla, siguiendo las directrices de un Congreso celebrado dos años después de unas elecciones y faltando dos para las siguientes, sin pensar que la mayoría de sus compromisarios no representan, ni por asomo, la opinión de sus votantes. Y, entre ellos, no son pocos los que creen que no sólo no fue capaz de alcanzar la concordia necesaria para gobernar en algunos municipios, sino que incapaz de llegar a acuerdos, se “enrocó” ante posiciones discordantes dentro del propio partido.
El expresidente del Cabildo y exsecretario general de CC en La Palma, José Luis Perestelo, considera que con su actitud Maeve Sanjuán “ha dignificado la política y con su renuncia se pierde una persona valida y capaz”. Perestelo debería saber que no bastan la honestidad y la valía para aspirar en política; y si piensa lo contrario es que vive en otra galaxia. Ahora la pregunta es: ¿Cree API que sin su componente de centro izquierda puede recuperarse del eclipse en que se halla? A Maeve Sanjuan la han mirado y remirado como un “bicho incómodo”. Será muy difícil normalizar la convivencia entre las dos fuerzas. Las bajas de afiliados en Coalición Canaria en Santa Cruz de la Palma han comenzado y llevan el sello prepotente de más de uno. Aquellos que pensaron que fortalecer a un partido es obligación de todos se equivocaron. Los éxitos de los partidos los capitalizan unos pocos y los fracasos son de los demás. La pugna política ni tan siquiera es ideológica, sino de poder. Y, desde el poder, se pierde el raciocinio y, con él, la coherencia, la perspectiva y el interés por sumar. No creo que esa sea la mejor manera de cuidar “la viña electoral”. Pero, como también existe la viña del partido, Coalición Canaria ha decidido que, en Santa Cruz de la Palma, era necesaria una poda, sin darse cuenta de que lo que necesitaba era “un buen tractor” que arara e hiciera los surcos con el mejor de los criterios para aumentar la cosecha futura.
Mis amigos me dicen que escribo con un estilo directo y poco diplomático; sin embargo, los más afines me critican cariñosamente porque suelo pararme en sutilezas y han de leer entre líneas mis modestos comentarios. A unos y a otros les digo que la reflexión es una carga porque uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que dice. No niego que en ocasiones hablo de política y del futuro de La Palma con personas de reconocida ecuanimidad y buen sentido, opiniones que valoro porque en ellas vive el alma de mi ciudad.
En la actualidad la noticia comentada sigue siendo la renuncia de Maeve Sanjuan, consejera insular de Educación, Empleo y Artesanía a su escaño en el Cabildo, y su baja como militante de Coalición Canaria, que según todos los indicios agudiza el riesgo de cisma en el seno de la formación nacionalista. Se rompe lo que aparentemente estaba unido (API-ICAN) en la idea común de luchar por la Isla, justo en el momento en que resultaba imprescindible que todos participaran en la tarea. “No me siento identificada con el proyecto y también me han puesto muchas trabas”. La marcha de Maeve Sanjuan nos muestra la atmósfera de divorcio que existe en Coalición Canaria y coloca en situación de alerta a aquellos que han participado del proyecto con la indispensable buena fe de quienes necesitan creer en algo. No olvidemos que Maeve Sanjuan planteó “abiertamente” su aspiración a encabezar el comité local de CC en Santa Cruz de La Palma y, a partir de entonces, “los obstáculos se agudizaron”. ¡Hay que obedecer! El grito que emanó del último Congreso empieza a cobrar sus víctimas frente al imperativo ético de los libre-pensadores que pudieran existir en el seno de la coalición.