Desde muy antiguo recibe culto la advocación mariana de Nuestra Señora del Pino en la ciudad de El Paso.
Desde el siglo XVII “criadores de ganado”, según el profesor Pérez Morera, proyectaron la construcción de una ermita en la zona de Las Cuevas, dehesa próxima al camino Real de la Cumbre donde se encuentra el pino de la Virgen. Se desconoce, por ahora, bajo qué advocación se iba a edificar y tampoco si realmente fructificó el proyecto.
Lo cierto es que desde hace siglos y siglos recibía culto una pequeña imagen que en un principio estaba resguardada en una oquedad del tronco del antiguo y majestuoso pino canario, y el pueblo le dio el nombre de: ‘Virgen del Pino’. Y el pino se empezó a conocer internacionalmente por ‘el Pino Santo de La Palma’.
En el siglo XIX se construyó, a los pies del pino, una hornacina de mampostería a modo de pequeña capilla en la recibió culto la pequeña imagen, que se conserva, en la que recibió culto y devoción de los transeúntes del camino Real.
Según refiere el viajero y escritor R. Castellanos “en su tronco existe una especie de nicho con una pequeña imagen de la Virgen, y en 1878 se estaba construyendo allí, según mis noticias, una capilla con las limosnas que los caminantes depositaban de un vecino encargado de recogerlas”. Castellanos visitó el mismo lugar en el mes de septiembre de 1870 y la capilla no estaba construida.
En los años 30 del siglo XX se construyó la actual ermita y se entroniza una nueva imagen de la Virgen, posiblemente de talleres de imaginería de Valencia.
El culto a la Virgen del Pino en El Paso se pierde en la historia y es a partir de 1955 cuando se establece la romería y bajada de la imagen al casco urbano de la ciudad de El Paso. La historia y arraigada tradición a la Virgen del Pino es mucho más que una romería de bajada de la imagen cada tres años al templo de Nuestra Señora de Bonanza.
En mi opinión el arraigo de unos festejos y regocijos populares los define cientos de años que marca la historia insular de La Palma. Digo bien, insular y pasense especialmente y muchos siglos antes que se estableciera la romería trienal.
El ‘Pino Santo’ o ‘Pino de la Virgen’ ha sido un faro durante siglos y siglos de miles de transeúntes de palmeros y palmeras de toda la isla de La Palma, viajeros y científicos se guiaban durante la noche, sin luna, de la luz del farol que acompañaba a la Virgen empotrada en el majestuoso y esplendido tronco del pino canario. Era el punto de encuentro, descanso y plegaria en la vertiente del poniente palmero.
El camino unía las dos ‘bandas’ insulares en algunos casos traía buenas nuevas o malas noticias o novedades. En otros casos llevaba la alegría del retorno o de la despedida del emigrante, del soldado a la guerra, de la búsqueda de un médico o un remedio para la maltrecha salud. Cada uno llevaba y traída profundos intereses particulares.
Este sábado la imagen, alcaldesa Honoraria y Perpetua de la ciudad (2006), volvió a bajar en romería sobre andas, cargada por la devoción y plegaria de hijas e hijos de El Paso, desde el monte de El Reventón al casco urbano de la ciudad envuelta del fervor popular de miles de romeros, abriendo el lento y alegre caminar por las medianías de la ciudad de El Paso.
*María Victoria Hernández es cronista oficial de la ciudad de Los Llanos de Aridane (2002), miembro de la Academia Canaria de la Lengua (2009) y de la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel (2009)