Todos los días escucho comentarios angustiosos y a veces apocalípticos sobre el volcán de Cumbre Vieja ; ya sea en la guagua, en una cafetería al calor de un café o por la calle. Nadie discute que este volcán está generando mucho dolor y su erupción no para de destruir y contaminar todo lo que encuentra a su paso. Esto, de forma inevitable, produce nerviosismo y miedo en la población. De todas formas, no podemos dejarnos llevar solamente por pensamientos catastrofistas ; el dualismo es real, no todo es negativo, necesitamos mensajes realistas y esperanzadores. Hay muchas cosas a favor y es importante ponerlas también de relieve, hay que equilibrar un poco la balanza. También es real que en el 90% de la isla se está llevando una vida dentro de la normalidad . Este volcán se apagará tarde o temprano. Nuestros padres y abuelos ya han superado esta misma experiencia en un pasado no muy lejano. Con el tiempo, será una atracción turística, igual que lo es el Teneguía. Vivimos en islas volcánicas y eso históricamente ha sido más rentable que perjudicial, (ejemplo: Lanzarote). La ceniza con el tiempo será un buen fertilizante. Los palmeros y palmeras somos gente luchadora y volveremos a tener la vida que nos merecemos por vivir en un paraíso. La Palma sigue siendo la Isla Bonita . Hay un refrán que dice: “Si no puedes vencer a tu enemigo, utilízalo a tu favor”. Es de justicia sacarle un beneficio a este nuevo volcán y compensar con esto el daño hecho, dentro de lo posible, se entiende. La Palma es una isla maravillosa y lo seguirá siendo; ahora toca luchar y restaurar . Seguro que lo conseguimos. ¡Fuerza La Palma!