El pesimismo está chupado
Pues sí, y las profecías catastrofistas también. Es fácil profetizar desastres, los libros de historia nos dicen que se han producido con una regularidad asombrosa, guerras, pestes, hambrunas, terremotos, tsunamis, danas, volcanes e incluso que barran en las elecciones políticos que no son los nuestros, como si los nuestros sólo por ser los nuestros, fuesen sagrados. Lo mío es bueno, si me votas eres bueno, si votas al otro eres un demonio. Pero a lo que vamos, la mística búlgara Baba Vanga, fallecida hace ya bastantes años, es una especie de Nostradamus contemporánea. Al parecer acertó con algunos desastres recientes, cosa rara, pues yo siempre creí que los místicos se dedicaban a la búsqueda espiritual, a la unión con Dios, no a estar anunciando catástrofes, que para eso ya tenemos a Putin y otros muchos más cercanos. Digo Putin porque le ha cogido gustito a amenazar a Europa y allegados con bombardeo atómico y eso son palabras mayores, teniendo en cuenta que amenaza con algo de lo que tiene bastante abundancia, digo yo, cabezas nucleares, porque de la otra cabeza, la de pensar, la del sentido común, no andamos sobrados. Si alguien te amenaza con dispararte sólo es un peligro si tiene armas de fuego. Pues eso, si Baba Vanga dijo que el año 2025 van a suceder cosas malas, sólo con decirlo ya baja la Bolsa. No me gustan los oráculos y los agoreros, ya se habrán dado cuenta, y no es que yo sea optimista, soy más bien un pesimista positivo, es decir, alguien que en su entorno cercano trata de evitar tropezones al personal. Os puedo asegurar que he tenido una visión: veo un futuro con todas las carreteras de La Palma operativas, con la Fuente Santana funcionando a pleno rendimiento, con grandes cruceros llegando a Tazacorte, con un Valle de Aridane resucitado. Veo que ustedes se lo han creído, y eso me parece muy grave, hay medicación. Bueno, puede ser que sí, seamos optimistas, en cien años todos calvos, tendremos futuro si conseguimos cruzar 2025 como en el cine los protagonistas cruzan puentes de madera carcomida sobre el abismo, paso a paso y sin mirar ni “pabajo ni patrás sólo palante”. FELIZ NAVIDAD.
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