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Quejarse en el bar

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Usted no se preocupe por la crisis, porque hay una solución muy sencilla: quejarse en el bar. Usted imagínese al hombre más rico de La Palma. Este hombre recorre todos los casinos de Canarias, de España, y no pierde nunca. Gana siempre, pero quiere más, así que se endeuda hasta las cejas para seguir apostando. Él piensa y todos piensan que siempre va a ganar, y siempre gana pero como quiere mucho más, sigue pidiendo prestado más de lo que tiene, incluso más de lo gana, para seguir apostando y seguir ganando. Ese hombre es insaciable.

Podría producir, podría ganar el dinero de otra forma, podría contribuir al progreso de su país, pero él solo quiere ganar más dinero, y en el casino es más fácil y más rápido. Pero, inexplicablemente, un día pierde y aunque ha ganado un montón, debe mucho más. No puede pagar la deuda y no quiere dejar de llevar el ritmo de vida que siempre ha llevado. No es rico, es hiper-rico, mega-rico, podría comprar La Palma entera con una parte del dinero que tiene, pero debe más de lo que tiene.

Así que este hombre habla con usted y le convence de que le pague la deuda, porque él es un empresario, un emprendedor, la base de la civilización occidental, hombres como él sostienen al país y usted ha vivido por encima de sus posibilidades, ese dinero que usted guarda para comprar medicinas, que se lo dé, ese dinero para la educación de sus hijos, pues también quiere que se lo dé. Y usted se lo da.

Claro eso sería imposible así, pero simplificando, es lo que ha pasado y sigue pasando. Los recortes van a pagar las deudas de los empresarios, de los constructores, de la banca que se endeudó en Alemania y Francia por valor del 400% del PIB de España, para ganar dinero en la burbuja inmobiliaria. Eso se lo vamos a pagar, a la empresa privada, entre todos. Esto es la burbuja inmobiliaria, invertías y siempre ganabas dinero, eso pensaban todos y nadie le puso freno a la irracionalidad, tan extrema, tan enorme, pero lo peor es que, ningún ministro ha desechado la idea de volver a inflar de nuevo otra burbuja inmobiliaria.

Claro que puede que mis ideas políticas sean erróneas porque no dicen: “Pagamos las Deudas de los Empresarios Porque Ellos Crean Empleo”, y si mis ideas políticas no aceptan ese dogma, si no puedo tragar esa rueda de molino, debo estar equivocado, aunque a mi me parece una idea más propia de El Partido De Los Tontos. Lo que pasa en España no es solo cuestión de izquierdas o derechas. Hay unos partidos que se dicen socialistas obreros o liberales, de derechas, conservadores, progresistas, nacionalistas...pero son nombres falsos, simplemente son títeres de la casta que verdaderamente gobierna España, sin presentarse a ninguna elección. En un momento dado esta casta se infiltró en estos partidos, que ya no son representativos de El Pueblo Soberano.

Tampoco obedecen a ideología alguna. El socialismo no dice que hay que pagarle las deudas a la empresa privada, si la empresa es demasiado grande y su quiebra puede provocar daños sociales, pues se nacionaliza. El liberalismo tampoco paga deudas de empresas privadas, no importa lo grande que sea, si no puede pagar sus deudas, pues que quiebre. ¿Por qué pagamos esa deuda? Porque son los bancos y las grandes empresas las que mandan, y punto.

Pero usted no se preocupe, quéjese en el bar, así lo solucionará todo.

Usted no se preocupe por la crisis, porque hay una solución muy sencilla: quejarse en el bar. Usted imagínese al hombre más rico de La Palma. Este hombre recorre todos los casinos de Canarias, de España, y no pierde nunca. Gana siempre, pero quiere más, así que se endeuda hasta las cejas para seguir apostando. Él piensa y todos piensan que siempre va a ganar, y siempre gana pero como quiere mucho más, sigue pidiendo prestado más de lo que tiene, incluso más de lo gana, para seguir apostando y seguir ganando. Ese hombre es insaciable.

Podría producir, podría ganar el dinero de otra forma, podría contribuir al progreso de su país, pero él solo quiere ganar más dinero, y en el casino es más fácil y más rápido. Pero, inexplicablemente, un día pierde y aunque ha ganado un montón, debe mucho más. No puede pagar la deuda y no quiere dejar de llevar el ritmo de vida que siempre ha llevado. No es rico, es hiper-rico, mega-rico, podría comprar La Palma entera con una parte del dinero que tiene, pero debe más de lo que tiene.