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Los Reyes Magos (en las leyes me cago): Un anticuento de Navidad

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Esta es la historia de los tres Reyes Magos de Occidente: Presidente, Empresario y Banquero. Cual faraones, Sus Majestades vivían en una puntiaguda pirámide, pero como uno de ellos era miope, otro hipermétrope y otro astigmático, sus percepciones geométricas de la misma eran diferentes.

Cada uno de ellos consideraba que dominaba desde la cúspide, y que los otros dos reyes estaban en el escalón inmediatamente inferior. No se sabía quién de los tres tenía más poder. Del segundo peldaño hacia abajo, el resto de la sociedad peleaba encarnizadamente para escalar alguna posición, aunque, para conseguirlo, tenían que beneficiar (de alguna forma) a alguno de los Reyes, pues, al fin y al cabo, ellos tres eran los que repartían los regalos.

El Rey que estaba en la cima (cualquiera de los tres, según cada patología visual) no sólo vivía allí, sino que era capaz de imprimir impulso a ese pico (vértice) superior de la pirámide, tirando de él hacia arriba, hacia las nubes. El resultado era un triángulo muy tirante y afilado, afiladísimo, y esa verticalidad, tan extrema, tensa y acentuada, era un claro (y pretendido) sinónimo de Dictadura. Ése era el sueño erótico (pornográfico, en realidad) que “orgasmaba” al Rey cada día: una pirámide en forma de triángulo isósceles con un ángulo superior que, cada día, se tornaba más agudo.

La única parte negativa (razón por la que su divinidad no lograba dejar de ser un simple sueño) era la falta de reconocimiento explícito de su Dictadura. En el fondo, su pirámide lo era, él decidía lo que había que hacer y cuándo tenía que hacerse, pero, oficialmente, de cara a la opinión pública, el triángulo tenía que parecer volcado, horizontal. La horizontalidad recoge el concepto de Democracia entre los seres humanos. Al gran público le gusta leer de izquierda a derecha, aunque el libro (estafador) esté escrito de arriba abajo.

Ésta, también es la historia de un perdedor al que, de pequeño, Melchor, Gaspar y Baltasar (los de Oriente) le ponían carbón. Ahora, los modernos Reyes del siglo XXI, Presidente, Empresario y Banquero, le traerán, respectivamente, un saqueo, un despido y un desahucio. ¡Ah! Me olvidaba. Y más clases de religión.

Esta es la historia de los tres Reyes Magos de Occidente: Presidente, Empresario y Banquero. Cual faraones, Sus Majestades vivían en una puntiaguda pirámide, pero como uno de ellos era miope, otro hipermétrope y otro astigmático, sus percepciones geométricas de la misma eran diferentes.

Cada uno de ellos consideraba que dominaba desde la cúspide, y que los otros dos reyes estaban en el escalón inmediatamente inferior. No se sabía quién de los tres tenía más poder. Del segundo peldaño hacia abajo, el resto de la sociedad peleaba encarnizadamente para escalar alguna posición, aunque, para conseguirlo, tenían que beneficiar (de alguna forma) a alguno de los Reyes, pues, al fin y al cabo, ellos tres eran los que repartían los regalos.