El Salto del Enamorado

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Según el relato de Belén Lorenzo y Manuel Poggio esta leyenda palmera trata de un joven pastor de Puntallana (¿ ) muy hábil con la lanza y muy enamorado de una dama que lo rechaza reiteradamente. El insiste y ella le pone una prueba, dar tres saltos haciendo girar su lanza en el vacío. El pobre chico, nada más patético que un amor no correspondido y obsesivo máxime en un lugar donde abundan las mujeres hermosas y también las que no lo son tanto, pero no te hacen girar en el vacío, el pobre chico, digo, cual Quijote arremetiendo con su lanza contra los molinos del viento y el abismo, me imagino los riscos de Nogales, triunfa en los dos primeros intentos y en el tercero, posiblemente como consecuencia del estrés amoroso que arrastra, se desrisca sin entrar en detalles. Me la imagino a ella sentada tranquilamente quizás leyendo las rimas de Bécquer y pensando en otro mientras el desgraciado pastor se precipita y para más inri la profundidad del abismo le da tiempo a pensar que ha hecho el tonto con la ingrata y encima antes de dejar su impronta en el fondo del barranco puede darse cuenta que su verdadero amor es su prima Amparito que siempre lo ha querido. A mí me encanta redimir a la gente que para eso está la literatura, así que se me ocurren ciertas variantes:

-El pastor antes de saltar se da cuenta de que, aunque dé mil saltos ella no lo va a querer, y le dice ahí te quedas que yo arranco para el asalto que hay está tarde en La Galga. Te dejo la lanza por si quieres saltar tú.

-El pastor ha estudiado el salto y simula la caída, cayendo en una oquedad dos metros más abajo, a ver cómo ella reacciona. El resto allá ustedes, a mí me da lo mismo. Sean interactivos, que está de moda.

-El pastor y la dama utilizan esta historia con la complicidad de una hermana del pastor para escaparse en una falúa y embarcar en Santa Cruz rumbo a América. La hermana miente, cosa rara, pues en Puntallana nadie cuenta mentiras y dice que ella desesperada también se ha arrojado al vacío.

En una versión con final feliz todo el pueblo acude al lance, incluido el cura, el pastor da los tres saltos, se casan y hay comelona en casa Asterio.

No quiero aburrirlos más, que esto comienza a parecerse a una serie de Netflix.  Además, las leyendas hay que respetarlas, aunque estos sean malos tiempos para la lírica.