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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Uniformes en los colegios públicos, ya

Para muchos, los uniformes en los colegios, sean públicos, concertados como privados, no es más que el negocio de unos pocos, que se aprovechan de una necesidad para lucrarse. En los países de nuestro entorno, donde conozco personas a las cuales preguntar por este asunto me indican que son caros, que hay empresas dedicadas a este menester de manera casi exclusiva, y que los padres se sienten engañados. Lo mismo ocurre cuando se les pregunta a padres/madres de colegios públicos de la Isla, que disponen de uniforme para determinadas actividades, estos también indican que las recomendaciones de compra no se adaptan a los presupuestos más humildes y que siempre encuentran que son caros, que los hay más baratos y que no encuentran razón de ser para comprar en unos determinados establecimientos o determinadas marcas. Sin embargo no tiene porque ser así y estoy seguro que hay dirigentes tanto en los colegios públicos como de otra índole, sean estos confesionales, como aconfesionales que persiguen lo mejor para las familias y para los colegios al negociar o recomendar determinadas prendas como indumentaria habitual en su alumnado.

Cuando escribo sobre ropa, no puedo olvidar que tengo un polo Adidas del año 1986, y otras camisas que llevan conmigo más de 20 años, a las que se asocian aquellas que tras un par de años de uso, me veo en la obligación de descatalogar por romperse antes de lo previsto. ¿A qué viene esto? Pues que en ocasiones a las familias les puede parecer caro, pero merece la pena comprar camisas y pantalones de mayor calidad. Sin olvidar que hay familias que les cuesta un gran esfuerzo asumir el presupuesto del uniforme. Es más, algunas pondrán el grito en el cielo, indicando “encima de lo que cuestan los libros de texto, me quieres poner un gasto extra en septiembre”, pero los libros se pueden ir eliminando poco a poco, sin necesidad de ser colonizados por tabletas y ordenadores, para poder dedicar un poco de dinero o mucho a los uniformes. Sobre libros indicar que uno de texto en 1º de la ESO de menos de 200 páginas cuesta alrededor de 25 euros, y que la biblia de la ciencia de National Geographic llena de láminas de color y con 431 páginas cuesta 24 euros. Dispongo de ella, por si alguien quiere consultarla. Lo cual significa un negocio desmedido por parte de las editoriales con los libros de texto.

A pesar de todo lo comentado, en épocas de restricciones, como nos encontramos, el ahorro de recursos y tiempo es innegable, por ello no encuentro excusa para que los uniformes en los colegios públicos no sean una obligación. Por ello defiendo la premisa Uniformes en los colegios públicos YA, porque con dos uniformes para los días que no hay Educación Física y dos uniformes para los días sin Educación Física, tenemos la ropa para todo el curso escolar de nuestras niñas y niños, que sale más barato que tener ropa variada para todo el curso, por mucho que haya multinacionales que vendan pantalones y camisas a 4 euros, como Zara Kids o Primark, y que si se ensucia una muda de ropa, siempre la podemos lavar, para tenerlas disponibles, y remendar si se rompe. En relación a lavar la ropa, se sabe que las lavadoras deben de utilizarse con la cantidad de ropa recomendable por el fabricante. Hasta ahora lo ecológico era llenar la lavadora, pero ahora los distintos programas de las lavadoras, más su programa Eco, nos indican la cantidad de ropa adecuada antes de lavar nuestras prendas.

El tiempo dedicado a comprar lo bueno, bonito y barato, para tener disponible un vestuario adecuado para el colegio, siempre tiene un gasto que es muy superior al poco tiempo que tenemos que dedicar si tenemos uniformes para todo el año. Comodidad para los padres y ahorro económico son las dos grandes ventajas que nos ofrecen los uniformes en los colegios, y como dicen suspirando la mayoría de los padres del alumnado que cuenta con uniforme “menos mal”.

Para muchos, los uniformes en los colegios, sean públicos, concertados como privados, no es más que el negocio de unos pocos, que se aprovechan de una necesidad para lucrarse. En los países de nuestro entorno, donde conozco personas a las cuales preguntar por este asunto me indican que son caros, que hay empresas dedicadas a este menester de manera casi exclusiva, y que los padres se sienten engañados. Lo mismo ocurre cuando se les pregunta a padres/madres de colegios públicos de la Isla, que disponen de uniforme para determinadas actividades, estos también indican que las recomendaciones de compra no se adaptan a los presupuestos más humildes y que siempre encuentran que son caros, que los hay más baratos y que no encuentran razón de ser para comprar en unos determinados establecimientos o determinadas marcas. Sin embargo no tiene porque ser así y estoy seguro que hay dirigentes tanto en los colegios públicos como de otra índole, sean estos confesionales, como aconfesionales que persiguen lo mejor para las familias y para los colegios al negociar o recomendar determinadas prendas como indumentaria habitual en su alumnado.

Cuando escribo sobre ropa, no puedo olvidar que tengo un polo Adidas del año 1986, y otras camisas que llevan conmigo más de 20 años, a las que se asocian aquellas que tras un par de años de uso, me veo en la obligación de descatalogar por romperse antes de lo previsto. ¿A qué viene esto? Pues que en ocasiones a las familias les puede parecer caro, pero merece la pena comprar camisas y pantalones de mayor calidad. Sin olvidar que hay familias que les cuesta un gran esfuerzo asumir el presupuesto del uniforme. Es más, algunas pondrán el grito en el cielo, indicando “encima de lo que cuestan los libros de texto, me quieres poner un gasto extra en septiembre”, pero los libros se pueden ir eliminando poco a poco, sin necesidad de ser colonizados por tabletas y ordenadores, para poder dedicar un poco de dinero o mucho a los uniformes. Sobre libros indicar que uno de texto en 1º de la ESO de menos de 200 páginas cuesta alrededor de 25 euros, y que la biblia de la ciencia de National Geographic llena de láminas de color y con 431 páginas cuesta 24 euros. Dispongo de ella, por si alguien quiere consultarla. Lo cual significa un negocio desmedido por parte de las editoriales con los libros de texto.