Espacio de opinión de La Palma Ahora
En el XXV aniversario de ASPA
Un cuarto de siglo de vida está celebrando este año la Asociación Palmera de Agricultores y Ganaderos (ASPA). Veinticinco años marcados por un compromiso inquebrantable en defensa del medio rural de La Palma, que le ha llevado a convertirse en un interlocutor fundamental con las instituciones y en una voz privilegiada en la defensa de los derechos e intereses de nuestros agricultores y ganaderos. Una organización profesional agraria que se ha ganado el respeto y la cordialidad de la sociedad para la que trabaja porque ha sido fiel reflejo de los más dignos valores que encierra nuestro sector agroganadero: gran capacidad de trabajo, honestidad y talento para hacer bien las cosas. Además han tenido siempre la generosidad de trasladar a los grupos políticos sus preocupaciones, inquietudes y críticas sobre la situación del sector primario, una experiencia que he vivido tanto en el gobierno como en la oposición.
Soy consciente de que el camino no ha sido siempre fácil. Pero creo que se han dado pasos importantes en la dignificación de estos dos sectores, el agrícola y el ganadero, que han sido, son y seguirán siendo capitales tanto en la economía de La Palma, como en su cultura y patrimonio. Desde el Cabildo que presido, la agricultura y la ganadería son una prioridad absoluta. Estamos convencidos de que tenemos el potencial suficiente para que nuestra isla sea capaz de crecer en la comercialización agrícola, así como en la venta de nuestros vinos, quesos, mieles, carne, etc. La calidad la tenemos, el talento de nuestros productores está más que demostrado y por nuestra parte estamos poniendo todo el empeño para allanar este camino en colaboración con el resto de las administraciones.
El pasado sábado tuve la fortuna de compartir en El Paso la celebración de este XXV aniversario con la gran familia de ASPA. Es el momento de recordar a tantas personas que han contribuido a la gestación y consolidación de esta organización, que solo puedo personalizar, por una cuestión de espacio, en las ejemplares presidencias que han estado al frente de ASPA durante su ya larga vida: Pedro Capote, Santiago Cruz, Antonio Martín y su actual presidente, Miguel Martín.
Desde aquel seis de octubre de 1989, cuando se formó la gestora constituyente de ASPA, iniciando así su andadura liderada por Pedro Capote, y en la que figuraban también Sergio Martín, José Hernández, Antonio Martín y Tomás Rodríguez, han habido muchas transformaciones en el campo palmero. El reto de consolidar el cultivo del plátano ha sido fundamental y, en gran parte, este mérito hay que atribuirlo al propio sector agrario que ha sabido estar unido para garantizar el futuro del cultivo. Todavía quedan muchos retos, tanto en el sector platanero, como en el resto de los subsectores agrícolas y en la ganadería, así como en potenciar las infraestructuras. Pero desde esa conciencia de unidad, de la que ASPA es un modelo, estoy convencido de que conseguiremos alcanzar los objetivos que permitan al sector primario aportar aún más al desarrollo económico de nuestra tierra.
Un cuarto de siglo de vida está celebrando este año la Asociación Palmera de Agricultores y Ganaderos (ASPA). Veinticinco años marcados por un compromiso inquebrantable en defensa del medio rural de La Palma, que le ha llevado a convertirse en un interlocutor fundamental con las instituciones y en una voz privilegiada en la defensa de los derechos e intereses de nuestros agricultores y ganaderos. Una organización profesional agraria que se ha ganado el respeto y la cordialidad de la sociedad para la que trabaja porque ha sido fiel reflejo de los más dignos valores que encierra nuestro sector agroganadero: gran capacidad de trabajo, honestidad y talento para hacer bien las cosas. Además han tenido siempre la generosidad de trasladar a los grupos políticos sus preocupaciones, inquietudes y críticas sobre la situación del sector primario, una experiencia que he vivido tanto en el gobierno como en la oposición.
Soy consciente de que el camino no ha sido siempre fácil. Pero creo que se han dado pasos importantes en la dignificación de estos dos sectores, el agrícola y el ganadero, que han sido, son y seguirán siendo capitales tanto en la economía de La Palma, como en su cultura y patrimonio. Desde el Cabildo que presido, la agricultura y la ganadería son una prioridad absoluta. Estamos convencidos de que tenemos el potencial suficiente para que nuestra isla sea capaz de crecer en la comercialización agrícola, así como en la venta de nuestros vinos, quesos, mieles, carne, etc. La calidad la tenemos, el talento de nuestros productores está más que demostrado y por nuestra parte estamos poniendo todo el empeño para allanar este camino en colaboración con el resto de las administraciones.