El Gran Telescopio de Canarias (GTC) se ha mantenido desde su puesta en funcionamiento, en julio de 2009, con los fondos procedentes del Gobierno de México y de la Universidad de Florida. Ambos son socios de España en el consorcio del telescopio. Cada uno de ellos con un 5% de participación mientras a España le corresponde el otro 90%.
Sin embargo, es España quien no ha aportado su parte, que se divide a su vez al 50% entre el Gobierno central y el de Canarias. Ninguno de los dos han sentado las bases para determinar la financiación del telescopio óptico más grande del mundo, razón por la que nunca ha estado presente en los Presupuestos Generales del Estado (PGE).
El director del GTC, Pedro Álvarez, reconoce que “las expectativas ahora son de sobrevivir” al no estar incluidos en los Presupuestos Generales del Estado ni en los de la Comunidad Autónoma. “Eso significa que no venimos recibiendo aportaciones de ninguno de ellos desde el año 2010”, asegura.
Los tres millones de euros que llegan al GTC lo hacen gracias a las aportaciones de los dos socios de España, México y la Universidad de Florida, que “están haciendo sus aportaciones anuales y España tiene que aportar el 90% restante”. Álvarez reconoce estar “preocupado por el futuro, porque no existe esa definición de dónde va a venir ese dinero”.
Sólo el GTC supone, a día de hoy, 65 puestos de trabajo directos sólo en el Telescopio “y la mayor parte de ellos no son astrofísicos”, sino ingenieros y personal técnico que trabajan en su mantenimiento y hacen que el telescopio continúe produciendo datos “para los investigadores de todo el país, no investigadores que están aquí en La Palma”, explica Álvarez.
Los resultados de las observaciones suponen dar servicio a todos los centros universitarios en los que se estudia Astrofísica, además de los centros de investigación del país. La misma proporción se puede aplicar a todo el Observatorio del Roque de Los Muchachos, donde trabajan más de 200 personas cada día, la mayoría de ellos técnicos no científicos.
Pedro Álvarez explica que “si este tipo de actividades termina vamos a ir perdiendo gente que ha costado muchísimo tiempo preparar y muchísimo dinero que pagar para esa formación y lo van a aprovechar otros”.
Otros telescopios
En una comparativa con otros telescopios queda de manifiesta las dificultades por las que atraviesa el GTC. Los telescopios Keck ubicados en Hawai, con 125 personas empleadas y nueve instrumentos científicos, cuentan con una financiación anual de 50 millones de euros. Por su parte, el VLT (Very Large Telescope) ubicado en Chile, con cuatro instrumentos científicos y otros cuatro en marcha, tiene un presupuesto anual de 17 millones de euros. El último y más avanzado de todos ellos, además del ser en la actualidad el más grande del mundo de sus características, el GTC (Gran Telescopio de Canarias o Grantecan), cuenta con dos instrumentos científicos (Osiris y CanaryCam) y una financiación de tres millones anuales.