La nueva Estación de Bombeo de Aguas Residuales (EBAR) de Santa Cruz de La Palma ha entrado en funcionamiento en este miércoles, tras las diversas pruebas llevadas a cabo con éxito en las últimas semanas para garantizar el correcto uso de esta infraestructura ubicada en el espigón del muelle capitalino.
Las aguas residuales del municipio circulan ya por la nueva red de canalizaciones hasta la EBAR, desde donde son impulsadas hacia la estación de Maldonado y desde allí, a su vez, hasta la estación depuradora de Barranco Seco.
El alcalde de Santa Cruz de La Palma, Sergio Matos, y el concejal de Obras e Infraestructuras, Manuel Abrante, han visitado hoy las instalaciones junto a los responsables de la empresa Canaragua, concesionaria del servicio, y técnicos municipales.
Sergio Matos ha celebrado “la puesta en marcha de una infraestructura fundamental para el futuro de nuestra ciudad, primero porque supone contar con un sistema de saneamiento moderno y de alta tecnología, que garantiza la seguridad y eficacia de la red, y en segundo lugar porque su entrada en funcionamiento era un paso imprescindible para poder concluir las obras de la playa”.
En este sentido, Manuel Abrante informa de que, siguiendo con el cronograma previsto para las obras, en el plazo de diez días se procederá a demoler la antigua estación de bombeo, conocida como Canarias, ubicada en la Avenida Marítima en la intersección con la Avenida de El Puente, así como el arenero a la altura del edificio del Cabildo. “Con esta actuación se podrá dar continuidad a los trabajos de conclusión de la playa en esta zona, que en estos momentos se centran en la construcción de los accesos y que concluirán con la extensión de la arena por toda la superficie de la playa”, explica el concejal.
La estación, que funciona ya a pleno rendimiento, está integrada dentro del sistema de telecontrol del servicio municipal de aguas, que ante el fallo de cualquier equipo o anomalía emite un aviso inmediato al personal de guardia del servicio. Cuenta igualmente con un sistema de desodorización para la eliminación de olores y un grupo electrógeno propio por si se produce un fallo energético.
La infraestructura tiene asimismo un pluviómetro, sonda de conductividad y nivel, de manera que en caso de que se produzcan lluvias torrenciales realiza el cierre automatizado de la estación, aliviando al mar según normativa, a través del aliviadero del Cabildo.