La Asociación de Empresarios del Casco Histórico de Santa Cruz de La Palma, en un informe, asegura que las obras de la playa que se acondiciona en el tramo urbano central de la capital están provocando el cierre de “numerosos comercios” de la avenida Marítima. En concreto, precisa, hasta la fecha, han tenido que cerrar diez negocios. El citado informe, según ha indicado el presidente del referido colectivo, Juan Arturo San Gil, ha sido presentado ante el Cabildo y el Ayuntamiento.
En el documento, los comerciantes de la capital exponen “nuevamente lo que en repetidas ocasiones le hemos solicitado” para paliar “la difícil situación” de los negocios de la reseñada zona y apuntan que, sin embargo, “al día de hoy” no han recibido “respuesta”.
Explican que “a la obra de la playa y la retirada de los aparcamientos, que suponían el tránsito obligado de numerosas personas (posibles clientes) por la avenida Marítima de la capital, se han venido sumando una serie de circunstancias” que “han obligado al cierre de numerosos comercios”. La solicitud de estacionamiento “es una medida pedida por activa y por pasiva desde esta asociación, desde los comercios, desde los clientes y desde todas las personas que día a día siguen viendo la necesidad de los mismos”. Entienden que “la adecuación de los aparcamientos depende de acuerdos, permisos, seguridad vial, etc., que necesita un estudio concienzudo que aún no ha terminado de llegar”.
También denuncian “la suciedad a lo largo y ancho de la vía” y “la contaminación ambiental” originada por “el polvo que genera la obra de la playa”. Al efecto exigen a la empresa encargada de su ejecución “el riego abundante y permanente para intentar minimizar este problema”. Igualmente reclaman “un programa especial de limpieza viaria, al menos hasta que acabe la obra, con las barredoras municipales” para que el reseñado “efecto disminuya lo más posible”.
El polvo de la obra
Más adelante, en el citado informe, se recoge “la cantidad de manchas que hay por toda la acera aledaña a los comercios, alrededor de papeleras, contenedores y resto de mobiliario urbano”. Las fachadas “tampoco están en mejores condiciones, puesto que el polvo de la obra se ha instalado en las mismas y el aspecto de abandono y desidia es total”. A este respecto, añade, “se les propuso en su momento una actuación particular con máquinas de lavado a presión y con productos especiales que limpiaran las aceras y un bando que obligue a la rehabilitación y adecuación de las fachadas por parte de sus propietarios”.
En cuanto al mobiliario urbano, “hay varios aspectos que podrían mejorarse con sencillas actuaciones que no suponen apenas coste” para el Ayuntamiento. Precisa que “desde la entrada de la vía (Cabildo Insular) hasta el cruce con la avenida El Puente hay un total de 15 contenedores de basura; 3 de vidrio, 3 de papel, 4 de envases de plástico y 5 de basura orgánica”. Los comerciantes, en el repetido documento, apuntan que “tal vez sería conveniente revisar si son necesarias tales cantidades o incluso si pueden ubicarse en otro lugar, al menos algunos, porque el efecto visual es bastante negativo”. El estado de limpieza de los mencionados contenedores “también deja mucho que desear e, incluso, la recogida de basura los domingos está siendo insuficiente, dándose imágenes que no puede permitirse en una ciudad que recibe a cruceristas los domingos”.
Otro elemento “son los paneles publicitarios ubicados en las paredes de esta vía”. Señala que “son numerosas las empresas, asociaciones, instituciones y particulares que, sin ninguna consideración ni decoro, los usa a diario, ubicando carteles de todo tipo, características y tamaños”. Aunque “se limpien semanalmente”, asegura, “el aspecto es el mismo y la sensación de abandono hace que parezca que no se han limpiado nunca”. Reseña que “en ningún otro lugar del casco histórico existen esos tipos de paneles y se ha comprobado que la limpieza, aun siendo semanal, sería insuficiente”, por eso se “les pide que sean retirados definitivamente y se prohíba la colocación de publicidad de manera explícita en las paredes y mobiliario urbano de la zona”.
Insiste en que el estado de “las empresas y el deterioro de la avenida se ha ido agravando con el paso del tiempo hasta el punto de que, al menos diez comercios, han tenido que cerrar sus puertas al no poder soportar la difícil situación económica”. Algunas, explica, “se han trasladado a otras zonas de la capital para poder sobrevivir”.
Los escaparates “son los que principalmente iluminan la acera de la avenida” ya que, subrayan, “el cierre masivo ha dejado” la vía “sumida en una penumbra que hace poco atractiva la zona e, incluso, con apariencia de insegura”.
Con respecto “a las terrazas de los bares y restaurantes” y “otros elementos colocados en la acera (pizarras con precios, ofertas, etc.)”, pide que el Ayuntamiento revise su colocación, ya que, en algunos sitios “dejan un espacio tan reducido que prácticamente no pueden pasar los viandantes y, mucho menos, si es una persona en silla de ruedas o con un carrito de bebé”.
En cuanto “a la circulación vial en la avenida Marítima”, dice, cabe reseñar que “desde que no está conectado el semáforo de la mitad de la misma, la velocidad de los coches es mucho mayor a la permitida y se hace muy difícil cruzar de una acera a otra”.
En cuanto “al paseo de los animales por la avenida Marítima, se ha observado que el comportamiento de los propietarios es poco cívico y que los restos no son recogidos”. Indica que “hay mucho mobiliario urbano que está bastante sucio por este motivo”.